Corea del Norte habría puesto en marcha un programa para reciclar viejos aviones de combate de las décadas del 50 y 60, para convertirlos en drones suicidas.
«El Norte está tratando de transformar aviones de combate soviéticos en drones kamikazes armados con munición guiada de precisión», declaró Choe Su-ryong, ex agente del Servicio Nacional de Inteligencia (NIS), a The Korea Times, citando a un informante afincado en Corea del Norte.
«Estos drones suicidas se utilizarán para atacar las principales instalaciones industriales y de infraestructuras de Corea del Sur», agregó el veterano analista de inteligencia.
Los aviones a los que se referiría Choe, que se retiró del servicio activo en el 2011, son viejos reactores MiG fabricados por la extinta Unión Soviética o por China y entregados a Corea del Norte durante la década de 1950 y 1960. Se trata de cientos de reactores como el MiG-17/19/21 o sus variantes chinas Shenyang J-5/6/7, que podrían ser transformados en drones suicidas, capaces de llevar una carga de combate significativa y atacar blancos a gran distancia.
El coronel retirado de la Fuerza Aérea Hong Sung-pyo, analista principal de investigación del Instituto Coreano de Asuntos Militares, cree que la información sobre la adaptación de aviones de combate obsoletos por parte de Corea del Norte para su uso como aviones no tripulados suicidas suena «bastante convincente».
«Las autoridades militares norcoreanas estarían tentadas de readaptar los aviones de combate obsoletos, como MiG-17 y MiG-19, para utilizarlos como aviones no tripulados de ataque suicida», dijo a The Korea Times. «En realidad, el ejército surcoreano lleva mucho tiempo preparándose para este tipo de amenaza militar».
Lo que le falta en fineza, lo gana en contundencia
Si bien la tecnología de software de control de vuelo y navegación de Corea del Norte no puede considerarse avanzada (según estándares occidentales), si podría ser suficientemente efectiva para transformar su abundancia de jets obsoletos en cientos de aviones suicidas no tripulados, que puedan infligir graves daños sobre instalaciones fijas mediante ataques de saturación.
Analistas de Defensa surcoreanos identifican a las instalaciones de reactores nucleares, los complejos tecnológicos industriales y los emplazamientos relacionados con las redes de comunicaciones, como probables objetivos que Corea del Norte querrá destruir con sus misiles o sus drones suicidas.
Como no se espera que estos drones improvisados vuelvan a su base, el alcance y la capacidad de carga de combate pueden ampliarse drásticamente, permitiéndoles realizar grandes rodeos y atacar desde direcciones inesperadas, o hacerlo tras varias horas después de haber despegado, con una carga bélica muy superior a las que solían llevar estas aeronaves.
El misil crucero “del hombre pobre”
Otra manera de ver este asunto es como la solución de bajo coste de Corea del Norte para adquirir una capacidad “parecida” a la que brindan los misiles de crucero.
Sería difícil que artefactos que nacieron como cazas de primera y segunda generación pasen desapercibos ante los avanzados sistemas de defensa aérea de Corea del Sur, pero la cantidad de células potencialmente disponibles para su reutilización, plantea el problema de cómo enfrentar adecuadamente un ataque de saturación de gran escala. De forma análoga a como Rusia lanzaba hordas de misiles de crucero y drones sobre la infraestructura crítica ucraniana (por lo cual Kiev estuvo cerca de ser evacuada), Corea del Norte podría enviar oleadas de decenas de estos drones suicidas, a los que se les pueden sumar misiles balísticos y cohetes de largo alcance para acciones combinadas, a fin de colarse por el paraguas defensivo surcoreano y causar estragos en su infraestructura crítica.
Ucrania fue mejorando considerablemente sus capacidades de defensa aérea y cuenta con el apoyo de todo el aparato de inteligencia y alerta temprana de la OTAN, lo que le otorga un tiempo precioso para prepararse ante cada nuevo ataque de saturación ruso. Y si bien los cazas “de museo” como un MiG-17/J-5, reconvertido en dron suicida o misil de crucero improvisado, no pueden compararse tecnológicamente a un moderno misil de crucero, decenas de estos ingenios atacando a la vez podrían representar una seria amenaza para la defensa aérea de Corea del Sur, que hoy no contaría con los medios de alerta temprana necesarios para garantizarse un adecuado tiempo de preaviso, frente a un hipotético escenario de estas características.