Boeing encontró un nuevo problema en la producción de su modelo 737 MAX. Un total de 165 aviones están en espera de una inspección exhaustiva antes de ser entregados a sus compradores, debido a una anomalía detectada en el proceso de ensamblaje.
Esta complicación se originó durante el proceso automatizado de ensamblaje, donde se descubrió que los orificios de fijación de mamparos presentaban desalineaciones y alargamientos. Esta situación plantea la preocupación de que pueda ocasionar una fatiga prematura en el material o incluso fisuras en los propios orificios, lo que podría comprometer la seguridad y el rendimiento de las aeronaves.
Boeing movilizó un equipo de empleados para llevar a cabo inspecciones minuciosas en las aeronaves que ya han sido ensambladas y se encuentran en su planta de producción. Al mismo tiempo, algunos fuselajes aún están bajo la supervisión de Spirit AeroSystems, el principal proveedor de las estructuras del 737 MAX.
Los aviones que requieren inspección representan aproximadamente el 75% del total de los 737 MAX en posesión del fabricante estadounidense. En consecuencia, Boeing admitió que su objetivo de entregar 450 unidades del 737 MAX a lo largo de 2023 es prácticamente inalcanzable debido a estos contratiempos. Sin embargo, la compañía se ha comprometido a hacer todo lo posible para alcanzar la cifra de 400 unidades entregadas antes de que finalice el año.
Por otro lado, Tom Gentile, el CEO de Spirit AeroSystems, dijo que su empresa está trabajando incansablemente para resolver este problema crítico. Spirit AeroSystems está realizando inspecciones exhaustivas utilizando tecnología de rayos X en las estructuras ya finalizadas y se espera que las reparaciones estén concluidas para noviembre del presente año.
Además de los desafíos en la producción del 737 MAX, Spirit AeroSystems también se enfrenta a pérdidas significativas en el programa 787. Desde el año 2007, la empresa ha sido responsable de la producción de estructuras para los aviones Dreamliner de Boeing, y hasta la fecha ha acumulado pérdidas que ascienden a 1.400 millones de dólares.
Estos nuevos contratiempos no pueden caer en peor momento para Spirit Aerosystems: en los últimos días había iniciado una renegociación con Boeing en relación con el contrato del programa 787.
Gentile confesó que las pérdidas acumuladas en el programa 787 son insostenibles para Spirit AeroSystems, lo que agrega una dimensión adicional a los desafíos que enfrenta esta empresa en estos últimos años y presenta un dilema para Boeing porque la bancarrota del fabricante de fuselajes paralizaría la producción -y entrega- de aviones.