Por primera vez, un dron kamikaze ruso tipo Lancet fue utilizado para atacar una base aérea ucraniana, logrando dañar un MiG-29. El hecho ocurrió a 70 kms de la línea del frente.
Nuevamente las municiones merodeadoras Lancet, producidas por ZALA Aero Group (parte del conglomerado Kalashnikov), demuestran ser uno de los medios de ataque de precisión más eficientes de los que disponen las Fuerzas Armadas Rusas, al lograr hacer blanco en un avión de combate que se encontraba estacionado en el aeródromo de Dolgintsevo.
En el video subido a redes sociales, se puede ver que en el ataque a la base ucraniana se utilizaron al menos dos sistemas aéreos no tripulados. Uno, volando a mediana altitud, para localizar los blancos y evaluar los daños y el Lancet, que impactó contra el lateral de la cabina del MiG-29. Si bien el daño al avión no parece haber sido catastrófico, es más que probable que haya sido suficiente para dejarlo fuera de combate.
Lo destacable de esta acción bélica, es que dicha base aérea está ubicada en la región de Krivoy Rog, a 70kms de la línea del frente de batalla, bastante más lejos que los 40kms de alcance máximo declarado para los drones Lancet-3 (el más utilizado últimamente).
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Parece poco probable que un equipo de Fuerzas Especiales rusas lograra colarse dentro del territorio controlado por las tropas ucranianas, llevando consigo el equipo necesario para desplegar el Lancet, ya que para su lanzamiento se utiliza un sistema neumático integrado en una pequeña rampa. Si bien este método de lanzamiento fue seleccionado por ser relativamente ligero y de fácil traslado, aún reviste de un volumen poco aconsejable para transportar en una misión de infiltración a 30 kms tras las líneas enemigas. Aunque esta opción tampoco puede ser descartada de plano.
Por otro lado, parece más factible que ZALA lograra modificar algún aspecto del Lancet para conseguir ese significativo aumento del alcance. Si este fuera el caso, Rusia pasaría a disponer de un medio de ataque de precisión con el suficiente rango de acción y lo suficientemente masivo como para representar una verdadera amenaza a sistemas de armas ucranianas que hasta ahora se habían mantenido relativamente fuera de alcance, como los afamados lanzacohetes múltiples HIMARS.