Northrop Grumman recibió la “luz verde” del Pentágono para comenzar la producción inicial de bajo ritmo (LRIP, por su sigla en inglés) del B-21 “Raider”, el nuevo bombardero furtivo de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, y primera aeronave de combate de sexta generación en comenzar a producirse.
«La producción del bombardero furtivo B-21 ‘Raider’ avanza. El pasado otoño, basándome en los resultados de las pruebas en tierra y en vuelo y en los maduros planes de fabricación del equipo, di el visto bueno para empezar a producir B-21 a bajo ritmo», declaró William LaPlante, Subsecretario de Defensa para Adquisiciones y Mantenimiento.
«Uno de los atributos clave de este programa ha sido el diseño para la producción desde el principio, y a gran escala, para proporcionar una disuasión creíble a los adversarios. Si no se produce y se pone a disposición de los combatientes a gran escala, la capacidad realmente no importa», añadió luego.
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Este importante anuncio se dio a días de conocerse que el prototipo del B-21 había realizado su segundo vuelo de pruebas desde la base de la Fuerza Aérea Edwards, en California. Se trata del primero de seis ejemplares de preproducción que Northrop Grumman construyó para el programa de ensayos.
«Tal y como han comunicado las Fuerzas Aéreas estadounidenses, el Northrop Grumman B-21 Raider ha entrado en la fase de producción inicial a bajo ritmo. Nuestro equipo recibió la adjudicación del contrato después de que el B-21 entrara en pruebas de vuelo dentro del calendario base del programa. Nuestro avión de pruebas representativo de la producción demostró estar listo para la producción, cumpliendo todos los requisitos de rendimiento y datos de vuelo”, informó la compañía mediante un comunicado.
La Fuerza Aérea norteamericana (USAF) planea adquirir al menos 100 bombarderos B-21 “Raider”, los cuales constituirán la columna vertebral de su futura capacidad de disuasión nuclear. Según Northrop Grumman, el Raider es la primera aeronave de combate de sexta generación que entrará en servicio, gracias a sus capacidades de sigilo mejorado, manejo de grandes volúmenes de información y sus sistemas de arquitectura abierta, que permitirán al avión evolucionar rápidamente a través de actualizaciones tecnológicas que proporcionen nuevas capacidades para superar futuras amenazas