Los gobiernos de Japón y Estados Unidos buscan desarrollar conjuntamente un avión de entrenamiento avanzado para sustituir al Kawasaki T-4 de la Fuerza Aérea de Autodefensa de Japón (JASDF).
Según el periódico Manichi de Japón, el primer ministro Fumio Kishida visitará Estados Unidos como invitado de Estado y pretende llegar a un acuerdo y plasmarlo en un documento final en una cumbre con el presidente Biden prevista para el 10 de abril en Washington. Esta sería la primera vez que Japón y Estados Unidos desarrollan conjuntamente un avión de entrenamiento. Además de reducir los costes de producción, el objetivo es reforzar la cooperación e interoperabilidad entre las Fuerzas de Autodefensa japonesas y las Fuerzas Armadas norteamericanas mediante el uso de aviones comunes desde la fase de entrenamiento.
Kawasaki T-4
El Kawasaki T-4 es un avión de entrenamiento subsónico intermedio japonés desarrollado y fabricado integralmente en Japón, por Kawasaki Heavy Industries. Su único operador es la Fuerza de Autodefensa Aérea de Japón (JASDF).
Además de su misión principal de entrenamiento, el T-4 ha sido utilizado por el equipo acrobático Blue Impulse de la JASDF, así como en tareas de enlace con la mayoría de las unidades de combate. El primer prototipo XT-4 voló el 29 de julio de 1985, mientras que el primer avión de producción se entregó en septiembre de 1988.
El diseño del T-4 tenía que satisfacer aspectos del régimen de entrenamiento de la JASDF que anteriormente era realizado por múltiples aviones. Como tal, la aeronave tenía que tener buenas performances en varios regímenes transónicos, además de lograr un alto nivel de maniobrabilidad, un costo operativo relativamente bajo y altos niveles de confiabilidad.
Fácil de volar y económico de operar, el T-4 es comparable con varios entrenadores a reacción de amplia exportación, como el franco-alemán Dassault/Dornier Alpha Jet y el británico BAE Systems Hawk.
Entrenamiento de quinta generación y más allá
Pese a las buenas cualidades del T-4, ya pasaron más de 35 años desde su entrada en servicio y su diseño muestra evidencias de obsolescencia.
Los avances en inteligencia artificial (IA), sistemas de comunicaciones y la mejora notable del rendimiento de los sensores, hacen que el combate aéreo sea más complejo y las habilidades requeridas de los pilotos, más exigentes. Es por ello que desde la JASDF señalan que el T-4 ya no es un instrumento adecuado para preparar a los futuros pilotos para el furtivo F-35, así como tampoco para el futuro caza de sexta generación japonés que emerja del programa GCAP (desarrollo conjunto con Reino Unido e Italia).
El T-7AJ?
Como es bien sabido, la Fuerza Aérea de Estados Unidos (USAF) ya seleccionó al T-7A Red Hawk como su avión de entrenamiento avanzado de nueva generación, el cual fue desarrollado por Boeing y Saab para reemplazar al reemplazar los veteranos Northrop T-38 Talon. Según el contrato de 9.200 millones de dólares firmado en el 2018, Boeing construirá 351 de estas aeronaves para la USAF. El T-7 está diseñado para replicar las capacidades de cazas de quinta generación como el Lockheed Martin F-35, y para facilitar el entrenamiento de nuevos pilotos para aviones de combate y bombarderos, lo cual cumpliría los requisitos de la JASDF para un eventual sustito del T-4.
De subirse al furgón de cola de la USAF, es evidente que la industria japonesa tendrá poco que aportar al desarrollo del T-7A, que pese a los retrasos está casi concluido y aguarda el inicio de su producción en serie. Posiblemente sea precisamente ése el objetivo, conseguir un buen trato en Washington para la producción bajo licencia de la versión japonesa del Red Hawk (T-7AJ?), para un avión adaptado a sus necesidades pero con el mayor grado de compatibilidad con la USAF posible, minimizando el costo en recursos propios, que pueden ser mejor empleados en programas disruptivos como el GCAP.
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Otra opción, pero similar, es que compañías japonesas se asocien al equipo conformado por Korea Aerospace Industries (KAI) y Lockheed Martin (LM), que están ofreciendo al mercado estadounidense una versión mejorada del FA-50/T-50. Más allá del T-7A, KAI estima que la Fuerza Aérea y la Marina norteamericanas tienen previsto introducir unos 280 y 220 (respectivamente) aviones entrenadores de combate avanzados/tácticos, a partir del 2024/2025.
EE.UU. podría interesarse por ofrecer estos aviones a naciones aliadas en versión de caza ligero, tal como sucedió con el Northrop F-5 Tiger a partir del programa Freedom Fighter. Pero para Japón, las relaciones con Corea del Sur son históricamente difíciles, y aunque están mejorando mucho a la sombra de la amenaza china, no parece muy probable que se terminen asociando para un programa de Defensa por ahora.