La recién inaugurada línea aérea ultra lujosa, Bark Air, dedicada exclusivamente a perros, enfrenta su primer proceso judicial. Utilizando jets privados Gulfstream para vuelos entre Nueva York, Los Ángeles y Londres, la empresa tuvo su primer conflicto legal justo después de que los primeros pasajeros caninos embarcaran en el vuelo inaugural, según informa PYOK, que tuvo acceso a los autos del proceso.
Bark Air es una operadora de chárter público, vendiendo boletos para servicios compartidos amigables con las mascotas operados por Talon Air, con sede en Nueva York, usando una flota de aviones privados Gulfstream de 14 asientos. Tal situación despertó el descontento del condado de Westchester, donde se encuentra la base de los vuelos de Bark Air en Nueva York.
El aeropuerto posee una terminal con cuatro puertas de uso general y tres operadores independientes que realizan el embarque remoto, fuera de esta terminal.
La ventaja para las compañías al usar las posiciones remotas son las tarifas significativamente más bajas en comparación con el uso del edificio de la terminal. Sin embargo, Westchester intenta obligar a cualquier operador aéreo que utilice aeronaves con más de nueve asientos a pasar por el edificio de la terminal, lo que implica tarifas más altas.
En una acción judicial reciente en el tribunal distrital de Nueva York, el condado de Westchester argumenta que la regla se aplica tanto para pasajeros humanos como animales. Bark Air, sin embargo, se niega a usar la terminal de pasajeros, alegando que la regla cuenta solo para humanos.
La acción judicial fue presentada siete días después de que Bark Air operara su primer vuelo el 23 de mayo. A bordo, la compañía ofrece espacio para hasta 15 perros y humanos, sin restricciones de tamaño o raza. Bark Air vende boletos para un pasajero canino y, como cortesía, permite que un humano lo acompañe gratuitamente.
La premisa de Bark Air es buena, sin embargo, el alto costo, con boletos de ida de Nueva York a Los Ángeles que cuestan hasta $6,000, podría ser un obstáculo. La compañía es consciente del precio elevado, pero aspira a expandir el servicio, creyendo que los precios deben bajar con el tiempo. No obstante, la acción judicial constituye el primer desafío a superar.