Muchos en Argentina se sorprendieron a mediados de 2022 cuando el gobierno de la provincia de Santiago del Estero, en el noroeste del país, anunció la compra de un Boeing 737-300 para ser convertirlo en avión hidrante y así potenciar su capacidad de respuesta ante incendios forestales.
La operación fue valorada en 15 millones de dólares, y se trató de un hito en la historia de la aviación en Argentina dado que nunca se había adquirido una aeronave de tales dimensiones para esa tarea. El contrato fue adjudicado a la empresa Coulson Aviation USA, una de las líderes a nivel mundial en la lucha contra incendios con medios aéreos.
Cuando la aeronave arribó a la Argentina el 22 de diciembre pasado (ya con registro LQ-KJS), el gobierno de Santiago del Estero había indicado que en aproximadamente 60 días estaría oficialmente operativo.
El problema es que, casi un año después y con decenas de miles de hectáreas arrasadas por el fuego en diferentes puntos del país (pero principalmente en la provincia de Córdoba durante las últimas semanas), el Boeing 737 FireLiner (como denomina Coulson a la conversión) sigue estacionado en Santiago del Estero habiendo realizado apenas un par de vuelos. Y todos se preguntan, ¿por qué ese avión no puede sumarse a la desesperada lucha que se lleva adelante con medios escasos en otras provincias?
Como sucede con otros temas, hay versiones cruzadas entre el gobierno de Santiago del Estero y la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), en donde vuelve a quedar en evidencia la falta de previsión y organización de diferentes sectores del estado.
Según reveló TN, el 19 de marzo la provincia solicitó la habilitación del taller del Boeing 737 FireLiner ante la ANAC, pero no hubo respuesta positiva sino hasta recién el 23 de septiembre. A su vez, este organismo se defiende asegurando que la aeronave estaba habilitada para volar. Considerando el estado de la ANAC tras el paso de la gestión anterior, todo es posible (Ver: ANAC bajo la lupa: sobredimensionamiento, compras irregulares y falta de control en la autoridad aeronáutica argentina). Hemos enviado una consulta sobre el tema pero al momento de esta publicación no obtuvimos respuesta.
Durante este tiempo, en paralelo, el puesto de copiloto quedó vacante y recién fue cubierto en las últimas semanas por otra persona que no tenía experiencia en el modelo, por lo que fue enviado a Estados Unidos para entrenarse en simuladores, desde donde regresó hace algunos días. También estuvo en la provincia de Córdoba para instrucción en combate de incendios.
Ahora, si no surge ningún otro inconveniente, el FireLiner de Santiago del Estero podría entrar en acción antes de fin de mes o a principios de octubre.
El Boeing 737-300 tiene una antigüedad de 28 años y previamente perteneció a la aerolínea estadounidense Southwest, y fue convertido a Boeing 737 FireLiner por Coulson Aviation. Está equipado con el Retardant Aerial Delivery System (RADS) de Coulson, el sistema de tanques de 15.000 litros más utilizado y de mayor volumen que opera actualmente en todo el mundo.
El sistema RADS no requiere tripulación ni equipos adicionales, permite administrar el caudal en tiempo real, asegura una cobertura superior de la zona de caída y reduce la carga de trabajo general del piloto.
De acuerdo con un reporte de Fire Aviation, Coulson empezó el proyecto de conversiones de los 737 en 2017 cuando adquirió seis Boeing 737-300 a Southwest Airlines. Fue la primera empresa del mundo en convertir aeronaves 737 a hidrantes.