Azul Linhas Aéreas, controlada por David Neeleman, se posiciona firmemente como acreedor de TAP Air Portugal, exigiendo la recuperación de una deuda de casi 198 millones de euros (alrededor de R$ 1,2 mil millones) derivada de un préstamo concedido en 2016.
En una entrevista con CNN Portugal, el director general de la empresa, John Rodgerson, afirmó que la empresa exige garantías más sólidas para garantizar la devolución del importe. De lo contrario, sugiere que podría acudir a los tribunales y esto podría comprometer los acuerdos de vuelo entre las dos compañías, lo que potencialmente devaluaría a TAP, publicó Aeroin.
Rodgerson destacó que la decisión de avanzar hacia un proceso judicial es grave, especialmente dada la creciente preocupación por la separación de activos entre TAP SGPS y TAP SA, ocurrida tras la nacionalización de la empresa en 2020.
“Este es el momento de reclamar nuestros derechos”, dijo, expresando aprensión ante la posibilidad de que TAP pueda dejar atrás la deuda mientras busca nuevas oportunidades de privatización.
La deuda de 198 millones de euros forma parte de un préstamo que Azul concedió a TAP durante un esfuerzo conjunto con el gobierno portugués para capitalizar la aerolínea en un momento crítico. Mientras se debate la privatización de TAP, Rodgerson destacó que la separación de activos crea incertidumbre sobre el pago de la deuda, ya que las garantías previamente acordadas ya no se encuentran en el mismo contexto.
“Cuando invertimos en TAP, lo hicimos en toda la empresa. Desde la nacionalización, las garantías que se dieron deben ser por parte de TAP que se vendería”, argumentó, destacando que la nueva configuración de la empresa es injusta si se deja deuda a TAP SGPS, mientras se transfieren activos valiosos a TAP SA.
Rodgerson cree que la situación de la deuda podría afectar la privatización de TAP. “Creo que sí, seguro. Este problema necesita ser resuelto. No es necesario que la deuda se pague ahora, pero el tema debe resolverse de alguna manera”, dijo, destacando la importancia de un acuerdo.
Mientras tanto, Rodgerson confirmó que Azul está en contacto con potenciales compradores de TAP, incluida Lufthansa, para discutir el futuro de la colaboración entre las aerolíneas. “Hablamos con todos. Ese es nuestro papel, porque también quieren saber si el acuerdo con Azul continúa. Y yo digo: depende, depende de esta deuda”, explicó.
Ante un escenario en el que muchas aerolíneas de América Latina buscaron amparo por quiebra, Rodgerson destacó que Azul optó por negociaciones pacíficas en lugar de medidas drásticas. La compañía ya ha comenzado a negociar con importantes acreedores para resolver problemas de deuda y asegurar expectativas de crecimiento futuro mediante adquisiciones de nuevos aviones.
En este contexto, Azul prioriza mantener una relación amistosa con TAP, pero deja en claro que la resolución de la deuda es crucial para asegurar la continuidad de esta asociación.