El 5 de agosto del corriente año volamos a São Paulo por Air Canada en un Boeing B787-9 Dreamliner para asistir a LABACE 2024, la mayor exposición y convención de aviación ejecutiva y de negocios en América Latina. Llegamos a la nueva Terminal de Partidas del Aeropuerto Internacional de Ezeiza al mediodía ya que nuestro vuelo, AC091 de Air Canada, tenía salida programada a las 16:25. Ni bien llegamos, fuimos al counter de Air Canada; el check-in ya lo habíamos realizado online y solo restaba retirar el boarding pass y etiquetar el equipaje.
El personal de tráfico de Air Canada, muy atento, nos expidió el talón de embarque tras el control de la reserva y el pasaporte en el counter N236. Nuestro vuelo tenía asignada la puerta 17, con horario de embarque a las 15:40.
Es para destacar las nuevas instalaciones de la terminal de partidas de Ezeiza, ya que tanto la revisión de equipajes como el paso por migraciones se realizaron en muy poco tiempo. A los 10 minutos de haber hecho el check-in, ya estábamos en la sala de pre-embarque, esperando la hora señalada de boarding de nuestro vuelo. Antes de dirigirnos a la puerta de embarque, no pudimos evitar admirar el imponente Boeing B747-8 de Lufthansa que estaba próximo al embarque, con su vuelo LH511 con destino a Frankfurt.
Una vez contemplada «La Reina», nos dirigimos al Gate 17, donde nos esperaba imponente el Boeing B787-9 de Air Canada. En esta ocasión, el Dreamliner que nos llevaría hasta São Paulo era el C-FNOG, s/n 35266, operando el vuelo AC091. Mi nivel de ansiedad aumentaba, ya que sería la primera vez que volaría en un wide-body. El embarque se realizó en tiempo y forma, y los pasajeros, de manera ordenada, subieron al avión según su zona de embarque, como es habitual en la mayoría de las aerolíneas.
Luego de que el personal de Air Canada revisara nuestros documentos de viaje, procedimos a embarcar por la pasarela. Antes de entrar al avión, me detuve a sacar unas fotos al B787. Me impresionó la magnitud de este airliner en comparación con aviones más pequeños, como el Airbus A320 de JetSmart, que estaba en posiciones cercanas. Me llamó la atención un detalle: el parabrisas tenía un sombreado, similar a un «antifaz», más propio del Airbus A350, su competidor directo. Entre el windshield y la primera puerta, tenía pintado el logo de Star Alliance, de la cual Air Canada es miembro. El B787 deslumbra tanto por sus dimensiones como por lo bien que luce el livery de Air Canada.
La tripulación nos recibió con extrema cordialidad y simpatía. Nos dirigimos a la cabina asignada en Economy, que se presentaba acogedora y elegante, ideal para el confort de los pasajeros. Mi asiento era el 25K, en una disposición de 3-4-3. Guardé mi carry-on y el attaché en el overhead bin y me acomodé. Un punto a favor de esta experiencia fue el IFE (entretenimiento a bordo), que mostraba imágenes y propuestas de turismo en São Paulo, nuestra escala intermedia. Aunque descendíamos en Brasil, las ganas de seguir hacia Canadá eran muchas. Las comodidades del asiento eran notables, con conexiones USB, reclinación ajustable y espacio suficiente como para que alguien de 1.77m se sentara sin flexionar las piernas. Un detalle sorprendente fue el sistema de oscurecimiento de la ventanilla, similar al que había visto hace años en un Beechcraft B350i Super King Air, pero nunca en un avión de línea. El sistema permitía oscurecer o aclarar la ventana a discreción del pasajero.
Una vez completado el embarque, la tripulación realizó las revisiones pertinentes, incluyendo el chequeo de portaequipajes y cinturones. Mientras el avión hacía el push back, las tripulantes brindaron la demostración de seguridad, complementada con un video en las pantallas del IFE, que en este tramo estaba en portugués. Imagino que en el siguiente tramo sería en inglés. Terminado el video, revisé con detenimiento la «Safety Card», que estaba tanto en inglés como en francés y explicaba claramente los procedimientos de emergencia del avión.
El avión comenzó a rodar hacia la cabecera activa. En el trayecto, divisamos otros aviones en las terminales, como el 747-8 de Lufthansa con destino a Frankfurt, el A321-NEO de Sky Airlines rumbo a Santiago de Chile, un A320 de JetSMART y un B737 de Gol con un livery especial.
El ascenso fue suave, y aunque estaba parcialmente nublado, la visibilidad fue limitada hasta que traspasamos la capa nubosa. A los cinco minutos, sobrevolábamos el Río de la Plata. Pude conocer nuestra ubicación gracias a la aplicación del IFE que muestra la trayectoria del avión y las principales ciudades sobre las que volamos. Explorando más el sistema de entretenimiento, encontré «Masters of the Air», una película emocionante sobre combates aéreos en la Segunda Guerra Mundial. Ver esta película a bordo del Dreamliner rumbo a São Paulo añadió un toque especial a la experiencia.
Una vez en vuelo recto y nivelado, la tripulación comenzó el servicio a bordo. Como volábamos en Economy, el menú era acotado pero muy cuidado: un sándwich de pollo, tomate, queso y especias, acompañado de ensalada de frutas. Acompañé mi comida con un café. En todo momento disfrutamos del confort de la aeronave y de la camaradería de la tripulación.
El IFE contaba con un modo «AvGeek» (nombre que le di yo), que permitía ver la ruta del vuelo en una vista satelital, mostrando también el tiempo restante hacia el destino, en millas y en horas. Además, incluía vistas nocturnas, aeronave en 360 grados y varios otros modos que hacen las delicias de los aficionados a la aeronáutica.
A 41,000 pies y a 512 nudos de velocidad, con rumbo 032, todavía nos faltaban 428 millas para llegar a nuestro destino. Mientras, el sistema de iluminación del Dreamliner replicaba los tonos cobrizos y ocres del atardecer, brindando un ambiente cálido en la cabina. La mayoría de los pasajeros disfrutaba de sus pantallas individuales, explorando el entretenimiento disponible.
Faltando 20 minutos para el arribo a São Paulo, nos sorprendió el tamaño de la ciudad y la cantidad de tráfico aéreo. São Paulo cuenta con varios aeropuertos importantes, entre ellos el Aeroporto de São Paulo/Guarulhos – Governador André Franco Montoro (GRU), el principal aeropuerto internacional. También están el Aeroporto de Congonhas (CGH), cercano al centro y dedicado principalmente a vuelos nacionales y aviación ejecutiva, y el Aeroporto de Campinas/Viracopos (VCP), especializado en carga. Finalmente, encontramos el Aeroporto de Campo de Marte (SAO), utilizado para vuelos ejecutivos, y el Aeroporto de Sorocaba (SOD), en las afueras de la ciudad.
Finalmente, aterrizamos por la cabecera 10L de SBGR, y luego de rodar hacia la Terminal 3, la tripulación dio el anuncio de bienvenida a la ciudad de São Paulo. Llegamos a la posición 603 de la terminal, al lado de un Airbus A380 de Emirates, que hacía ver al B787 como un avión más pequeño debido a la diferencia de tamaños.
Antes de descender, con autorización de la tripulación, pudimos visitar el cockpit y la clase Business de Air Canada. El Boeing 787-9 Dreamliner, en servicio con Air Canada, es un emblema de la compañía. Su cockpit está diseñado para ofrecer una experiencia de vuelo eficiente, integrando tecnología de vanguardia con un diseño ergonómico que optimiza el rendimiento de la tripulación. Este diseño minimiza la fatiga y facilita las operaciones de vuelo.
El cockpit cuenta con cuatro pantallas de alta resolución que brindan información sobre navegación, control y sistemas de vuelo. Además, tiene HUD (Head Up Display), que permite a los pilotos acceder a información esencial sin desviar la vista de la pista. También cuenta con un FMS (Flight Management System), que facilita la planificación y monitoreo constante de la ruta de vuelo. Sin duda, el diseño ergonómico del cockpit del Dreamliner es un must, ya que reduce la fatiga y mejora la eficiencia operativa.
Para concluir este reporte de vuelo, lo catalogamos como «Servicio distinguido». La calidez de la tripulación de Air Canada es total, y la presentación del avión está cuidada en cada detalle. La puntualidad y precisión en los horarios fueron exactas, y el servicio a bordo fue excelente. Sin lugar a dudas, Air Canada es una gran alternativa para realizar el puente aéreo Buenos Aires-São Paulo. Nos esperaba una semana vibrante en LABACE 2024, la principal exposición y convención de aviación ejecutiva y de negocios en América Latina.
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