Por primera vez en la historia: Rusia utiliza misiles balísticos de alcance intermedio contra Ucrania

Gastón Dubois

Rusia misiles balísticos intermedio ballistic missiles

Por primera vez en la historia, un misil balístico de alcance intermedio fue empleado en un conflicto bélico. Rusia lanzó dos misiles RS-26 Rubezh para atacar posiciones ucranianas en la ciudad de Dnipro.

Luego de que los aliados occidentales autorizaran a Kiev a emplear misiles de largo alcance para atacar objetivos dentro del territorio ruso, Vladimir Putin respondió impulsando un cambio en la doctrina nuclear del país, que ahora contempla el uso del arsenal atómico si un Estado sin armas nucleares, pero respaldado por uno que sí las posee, ataca a Rusia.

Y anoche, para intensificar su amenaza de escalada nuclear, Moscú optó por utilizar misiles balísticos, aunque cargados con ojivas convencionales, para atacar objetivos en la ciudad ucraniana de Dnipro.

El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskiy confirmo que, por sus parámetros de altitud y velocidad, todo señala que el armamento utilizado en el ataque a Dnipro fueron misiles balísticos “intercontinentales”.

Sin embargo, expertos ucranianos y rusos coinciden en señalar al RS-26 Rubezh como el candidato más probable. Este misil balístico de alcance intermedio (IRBM) puede alcanzar objetivos a distancias de hasta 6.000 km, dependiendo de la carga de combate. Está diseñado para transportar hasta seis vehículos de reentrada con múltiples objetivos independientes (MIRV), equipados con cargas nucleares o convencionales.

El presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin, declaró que el ataque con el sistema de misiles de mediano alcance Oreshnik, equipado con ojivas hipersónicas V-10M, contra la planta de Yuzhmash en Dnipro, representó una prueba exitosa del nuevo sistema de armas en ‘condiciones de combate’. Además, lo calificó como una respuesta directa a los planes de Estados Unidos de desarrollar misiles de alcance intermedio y corto en instalaciones situadas en territorio ucraniano.

La novedosa utilización de este tipo de armamento balístico en un conflicto bélico envía un mensaje contundente a Occidente: un apoyo irrestricto a Ucrania podría acarrear graves consecuencias para Europa. Sin embargo, el ataque en Dnipro también deja en claro que Moscú considera alternativas más allá de la opción nuclear.

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