En la aviación, las aerolíneas buscan soluciones flexibles para operar sus flotas y adaptarse a la cambiante demanda del mercado. Dos modelos clave de arrendamiento son el ACMI y el dry lease, cada uno con características específicas que los hacen útiles en diferentes contextos. Además, eventos recientes como la adquisición de Wamos Air por parte de Abra Group o la incorporación de cuatro aviones en wet-leasing por parte de Flybondi pusieron de manifiesto la relevancia del leasing ACMI en la industria.
Leasing ACMI: Una solución todo incluido
El leasing ACMI (por sus siglas en inglés: Aircraft, Crew, Maintenance, Insurance) ofrece una solución integral. Bajo este modelo, una aerolínea (el arrendador) proporciona no solo el avión, sino también la tripulación, los servicios de mantenimiento y el seguro. La aerolínea que alquila (el arrendatario) asume otros costos, como el combustible, las tasas aeroportuarias y la comercialización de los boletos.
Este tipo de contrato es especialmente útil para manejar picos de demanda estacional, retrasos en la entrega de aviones nuevos o situaciones operativas imprevistas. Por ejemplo, Wamos Air, ahora parte de Abra Group, es conocida por ofrecer servicios ACMI para aerolíneas de todo el mundo, permitiéndoles gestionar su capacidad de manera eficiente.
Dry lease: Más básico, pero estratégico
En contraste, el dry lease es un modelo más simple, donde el arrendador solo proporciona el avión. El arrendatario se encarga de todos los aspectos operativos, incluidos la tripulación, el mantenimiento y el seguro. Este modelo es ideal para aerolíneas con experiencia operativa que buscan aumentar su flota de forma planificada. Suele utilizarse en contratos a largo plazo, donde el objetivo es expandir la capacidad de manera sostenible.
Principales diferencias entre ACMI y dry lease
El leasing ACMI incluye servicios adicionales, lo que lo hace perfecto para el corto y mediano plazo, mientras que el dry lease es más adecuado para contratos prolongados donde la aerolínea tiene plena capacidad operativa. En términos de responsabilidad, el ACMI descarga al arrendatario de tareas como el mantenimiento o la gestión de la tripulación, aspectos que en el dry lease son completamente asumidos por la aerolínea que alquila.
Por otro lado, el leasing ACMI es ideal para cubrir emergencias operativas o ajustes rápidos en la capacidad, mientras que el dry lease responde a estrategias de expansión más sólidas a largo plazo.
Abra Group y Wamos Air: Un ejemplo reciente
La reciente compra de Wamos Air por parte de Abra Group ilustra cómo las grandes aerolíneas están aprovechando el modelo ACMI para mejorar su flexibilidad operativa. Abra Group, que también incluye marcas como Avianca, GOL y Viva, se posiciona como un actor clave en el mercado latinoamericano. La incorporación de Wamos Air les permite contar con una herramienta versátil para responder a la fluctuante demanda regional e internacional.
Un mercado en constante evolución
El leasing ACMI continúa creciendo en popularidad gracias a su flexibilidad y capacidad para resolver problemas operativos de forma inmediata. Ejemplos como la asociación entre Avion Express y Flybondi en Argentina demuestran cómo las aerolíneas están utilizando este modelo para gestionar temporadas altas y optimizar sus operaciones.
Por su parte, el dry lease sigue siendo una opción sólida para aerolíneas con estrategias de expansión a largo plazo. Cada modelo tiene su lugar en la industria y, dependiendo de las necesidades específicas de la aerolínea, puede marcar la diferencia entre una operación eficiente y una sobrecargada.
En definitiva, el leasing ACMI y el dry lease son herramientas complementarias que permiten a las aerolíneas adaptarse a los retos y oportunidades de un mercado tan dinámico como el de la aviación. La clave está en saber cuándo y cómo utilizarlas para maximizar sus beneficios.
Excelente informe!