Pilotos de aviones caza migran «en masa» a LATAM Brasil ante menores perspectivas de desarrollo en el ámbito militar

La Fuerza Aérea Brasileña (FAB) ha sufrido bajas en los últimos días, con al menos media docena de pilotos de caza que han migrado a la aviación comercial. La “debandada” ocurrió tras la finalización del Ejercicio CRUZEX 2024, realizado en la Base Aérea de Natal a principios de noviembre.

Después del entrenamiento con pares internacionales, los pilotos que vuelan los cazas Northrop F-5EM/FM Tiger II de los Escuadrones Pampa, Pif-Paf y Jambock, con sede en Canoas (Rio Grande do Sul) y Santa Cruz (Río de Janeiro), respectivamente, solicitaron la baja del servicio militar.

Estos aviadores tenían las patentes de 1º Teniente y Capitán, con salarios base y brutos entre R$ 8 mil y R$ 9 mil reales (de USD 1300 a USD 1500), pudiendo llegar hasta R$ 14 mil reales (~USD 2.300) con adicionales, abonos y gratificaciones, sin descontar impuestos y otras deducciones.

Como informó inicialmente el portal Poder Aéreo, los aviadores vieron en la aviación comercial una perspectiva mayor de crecimiento profesional. La información fue confirmada por diversas fuentes en la FAB a nuestro medio asociado en Brasil, AEROIN, detallando que fueron seis aviadores hace menos de una semana.

Una de las principales quejas es que se vuela poco y, al ser un cargo vocacional, donde la pasión por la aviación es un factor clave en la elección de la profesión, los militares que vuelan cazas valoran mucho el aspecto de estar en el aire.

Uno de los oficiales relató que la única manera de progresar sería ingresar al Grupo de Transporte Especial (GTE), con sede en Brasilia, que realiza el transporte del Presidente y de la alta cúpula del gobierno.

Sin embargo, muchos no quieren trasladarse a la capital federal debido al aumento en los costos de vida y al hecho de que se trata de misiones donde también se vuela poco y no son tan operacionales, además de exigir un contacto más directo con la clase política, lo que sería un desagrado para el círculo social de muchos, ya que ser “taxista” de políticos no es algo muy bien visto en la sociedad brasileña, especialmente con la polarización que ha ocurrido en el país en los últimos años.

El factor salario también ha influido, ya que en la aviación comercial los pilotos pueden recibir casi el doble, además de tener base fija en una sola ciudad, sin necesidad de mudarse cada 5 años o menos.

Fuera del GTE, la progresión de carrera enviaría a los pilotos de caza a posiciones administrativas, como Comandantes de Bases Aéreas y unidades, que, aunque tienen prestigio, implicaría dejar de volar alrededor de los 40 años, mientras que en la aviación civil el piloto está en el apogeo de su carrera a esa misma edad, volando grandes aeronaves en vuelos internacionales.

El costo para la formación de pilotos de caza es alto: gira en torno a varios millones por aviador, dado que el costo por hora de vuelo de los aviones de combate es elevado, además del valor del disparo de un misil, que puede llegar hasta los US$ 3 millones de dólares (R$ 18 millones de reales a la cotización actual) en el caso del MDBA Meteor, el más capaz de los misiles de la FAB y considerado un “AR-15” por su versatilidad.

Vale la pena destacar que el plazo para la salida, sin necesidad de restitución al gobierno federal, es de 5 años después del oficialato, es decir, media década después de la salida de la Academia de la Fuerza Aérea. En este caso, los pilotos de F-5 ya han pasado este plazo, ya que fueron a Natal para el entrenamiento inicial de caza en el A-29 Super Tucano, migrando luego a un escuadrón operativo de esta misma aeronave, y posteriormente a otra unidad para volar el Tiger.

Otro punto es la cuestión de la propia flota: con los retrasos en el pago de los cazas Gripen, SAAB tuvo que posponer las entregas, y será solo hacia finales de la década cuando el Escuadrón Jaguar, con sede en Anápolis (GO) y encargado de proteger el Planalto, esté completamente equipado con el F-39E/F.

Una vez que el Jaguar esté equipado con los nuevos cazas, los escuadrones de F-5 del Sur y Sudeste serán reequipados, y con el riesgo de quedarse un tiempo sin volar, dado que los Tiger II de la FAB ya superaron hace tiempo los 50 años de servicio y no pueden extender más su vida útil.

Este problema también estaría afectando a los pilotos del caza de ataque al suelo A-1 AMX, que debería retirarse antes que el F-5 y se encuentra en una situación algo peor: no hay una previsión de sustitución inmediata, ya que el lote actual de Gripens es insuficiente para reequipar todos los escuadrones de Tiger, y mucho menos los de AMX. Sin embargo, aún no se ha producido la salida de estos aviadores al mercado civil.

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