Escribo el título y no lo puedo creer. Sí, 25 años. Un cuarto de siglo desde aquella madrugada en la que, luego de varios meses de trabajo y mucho, pero mucho autoaprendizaje, todo se alineó para que esto quede en línea.

Ese 23 de marzo del año 2000, sin saberlo todavía, mi vida tomó un rumbo que me llevó a un destino que no hubiese imaginado ni en mis horas de mayor fantasía.
Después de todo, era un hobby. Tenía 17 años, a un mes de cumplir 18. Sí, era loco de los aviones desde hace casi una década. Sí, tenía cientos de revistas y libros de aviones. Sí, coleccionaba tarjetas de embarque, pasajes, cartillas de seguridad y cualquier otra cosa que tenga el logo de una aerolínea o fabricante. Sí, armaba maquetas de aeropuertos y aviones. Sí, torturaba a mis amigos y familiares para que cuando viajaban saquen fotos de los aviones y aeropuertos (y después me regalen los pasajes en papel, boardings, cartillas y otras cosas). Sí, cada vez que pisaba un aeropuerto sentía una plenitud incomparable. Sí, tomar un vuelo comercial era todo.
Pero al final del día, la aviación era un hobby. Ser piloto no estaba en mis planes. TCP, despachante de aeronaves, agente de tráfico o tener otro puesto en una aerolínea, tampoco. Desde Resistencia, Chaco, a 1.000 kilómetros de Buenos Aires, las opciones eran limitadas, y mudarme no era una opción.
Porque, de nuevo, la aviación era un hobby.
Hasta que el 23 de marzo de 2000 puse online Aeropuertos Argentinos, la autodefinida “primera página dedicada exclusivamente a los Aeropuertos Argentinos”. Esta historia ya la conté muchas veces, pero el público se renueva, así que aquí voy, aunque en versión condensada por respeto a los lectores históricos (que los hay desde el día 1): dentro del mundo de la aviación siempre me interesaron en particular los aeropuertos, y desde que me volví usuario de internet allá por el año 1996, lo que más buscaba era información sobre los aeropuertos de Argentina. Quería saber sus características, quería ver fotos, cómo eran sus terminales.
Pero no había nada. Y fue entonces que dije que si internet no me ofrecía lo que yo buscaba, iba a tener que crearlo yo, apoyándome además en la esperanza de que otros lectores se sumen y me ayuden a completar toda la información y las imágenes que me faltaban.
Funcionó.
A las pocas semanas empecé a recibir e-mails de personas tan locas como yo por la aviación. Llegaron fotos, muchas, muchas fotos.
Y entonces arrancó el pensamiento recurrente: “¿Qué subo hoy en mi página?”.
Pasaron los años y llegaron Los Foros de AeropuertosArg, luego los Blogs de AeropuertosArg y hasta una RED SOCIAL (las tres primeras en español). Creé la sección de noticias, galerías de fotos, ODLACs y muchas otras cosas más.

Pero todavía era un hobby.
En paralelo a “¿qué subo hoy en mi página?" la vida también pasaba para mí. Nada diferente a la de cualquier persona normal en su adolescencia tardía y juventud: novias, amigos, carreras universitarias (algunas mal elegidas), y los primeros trabajos.
Hacia el final de la primera década del siglo me empecé a dar cuenta de que tal vez “mi página” podía ser algo más. Pero todavía faltaba muchísimo.

Ya había desarrollado una carrera medianamente decente en el marketing y la publicidad, que podía proyectarse bastante más si la aceleraba. Pero no podía hacerlo. No. No tenía la pasión necesaria.
Y a principios de 2013, mientras volvía de vacaciones y esperaba la conexión en Guarulhos, mirando todo ese frenesí de gente llegando y saliendo, de aviones, de equipos en plataforma, me dije que quería que eso fuera mi cotidianeidad.
Fue un antes y un después. Lo seguí masticando en vuelo y al aterrizar publiqué esto en Facebook:

No había vuelta atrás. El rumbo que sin saberlo se había fijado el 23 de marzo del 2000 exigía ahora un giro más fuerte. Y había que ponerlo todo, de verdad, o directamente renunciar a “mi página”, a la aviación.
En ese momento también coqueteé y busqué maneras de tal vez hacer pie en alguna aerolínea u organismo relacionado con la aviación. Pero después me di cuenta de que eso atentaría contra el desarrollo de Aeropuertos Argentinos, que me quitaría independencia. Y acerté. Poder “ver de afuera” la aviación elimina la posibilidad de que los intereses personales interfieran con la divulgación, mal que les pese a muchos.
En 2013 llegó entonces el momento de que el “cable al cielo” que era Aeropuertos Argentinos se transforme. Dejó de ser un hobby -o solamente un hobby- y estrenó un nuevo diseño y otro tipo de constancia en la producción de contenido. Y, como 13 años antes, hubo respuesta del otro lado, hubo respuesta de ustedes.
Hacia finales de 2015 quería seguir creciendo y noté que el nombre tenía una limitación tanto temática como geográfica. Me generaba disonancia hablar sobre nuevos vuelos en Colombia, México o España en un medio llamado “Aeropuertos Argentinos”.
Entonces, en agosto de 2016 nació Aviacionline. Casualmente eso coincidió con dejar la empresa en la que trabajaba y empezar una pequeña consultora de marketing. Esa libertad abría un mundo de posibilidades para “mi página”, y, no sin altibajos, pude aprovecharla.

Y llegó el despegue. Decenas y decenas de vuelos al año, coberturas de eventos, muchos arcos de agua, entrevistas y más entrevistas. “Contar la aviación” se transformó en mi ocupación. El hobby, finalmente, evolucionó.
Vivir en Resistencia, sin embargo, empezó a volverse una limitación importante. Me perdía muchas cosas que pasaban en Buenos Aires, y salir al mundo desde allí siempre implicaba un paso más. Fue entonces cuando, a mediados de 2019, le propuse a Pablo Díaz, fusionar Aviacionline con El Blog de Diazpez. Una alianza impensada, que sorprendió a todos (empezando al mismo Diazpez cuando se la planteé), que implicaba renunciar a algunas cosas para unir fuerzas y trabajar en construir “el” gran medio especializado en aviación que creíamos que le faltaba a Latinoamérica y el Caribe. Ojo, los hubo en el pasado, pero habían fallado en hacer la transición al mundo online.
El 16 de septiembre de 2019 llegó entonces el nuevo Aviacionline. “Mi página”, después de 19 años, dejó de ser solo mía. No solo por la sociedad con Pablo sino también porque gradualmente incorporamos más gente en el equipo (vale el reconocimiento a Gastón Sena como el colaborador permanente 001). Y concluyó así una larga cadena de buenas decisiones (aunque también hubo de las malas) para dar inicio a otra.
Funcionó.
En pocos meses la cantidad de lectores se triplicó. Llegó la pandemia y, contra los pronósticos iniciales, alcanzamos nuevos picos de tráfico que luego se transformaron en pisos. Entonces, Aviacionline se transformó en el medio especializado en aviación más leído en idioma español, título que venimos defendiendo con éxito desde entonces, sin que eso signifique mirar con desprecio el trabajo de la competencia, a la que siempre observamos con atención y cuyo trabajo respetamos mucho (a algunos incluso consideramos, más que colegas, amigos).
2025 llegó con nuevos cambios, dejando atrás la plataforma de contenidos que usamos por más de 10 años al adoptar un CMS creado específicamente para portales de noticias. Esto nos abre nuevas posibilidades que en los próximos días vamos a revelar.
Somos muy críticos de lo que hacemos. Y siempre tratamos de mejorar, por lo que esta nueva etapa llega con un renovado compromiso de nuestra parte por ofrecerles el mejor servicio de noticias y análisis de aviación en español junto con nuevos servicios. Divulgar la aviación en Latinoamérica y el Caribe no es fácil. Somos la región del eterno “potencial de desarrollo”, y dentro de ese paisaje, nosotros queremos ayudar, desde nuestra posición, a construir una aviación fuerte, que incluya a la mayor cantidad de gente posible.
Y esperamos entonces un renovado apoyo de ustedes, los lectores, para lograr ese objetivo.
Como en el año 2000, como en 2016 y como en 2019, tengo toda la confianza en que allí estarán.
Gracias, gracias y más gracias
Cumplir 25 años “contando la aviación” no es solo mérito propio. Por eso agradezco eternamente a todos los que de una u otra manera colaboraron para llegar a este aniversario.
Gracias a mis padres, abuelos y tíos que alimentaron la pasión de este “loco de los aviones” que, por ser el primero en la familia con esa condición, no sabían bien cómo tratar.
Gracias a Gaby, mi pareja desde hace casi 21 años y esposa desde hace 15. Cuando me conoció, el combo ya incluía a “mi página de aviones”. Pobre, no sabía todo lo que eso iba a implicar. Desde acompañarme a visitar cada aeropuerto por el que pasábamos al viajar cuando la página era un “hobby” hasta ser un apoyo moral, emocional y económico cuando se transformó en mi “trabajo”. Alguna vez quise cambiar el rumbo, pero no me lo permitió (y tuve que pasar por la incómoda llamada a finales de 2016 a recursos humanos de determinada multinacional para decirles que renunciaba al puesto que había aceptado un día antes).
Gracias a mis hijas, Amélie y Sara. Que todavía son chicas para entender del todo a qué se dedica papá, pero que me fuerzan a mejorar en Aviacionline al tener que poner en práctica los consejos que le doy.
Gracias a mis amigos de la vida por los momentos de alegría.
Gracias a los que antes hicieron lo mismo que yo, a quienes llenaban las páginas de las revistas Aeroespacio, Alas, Airline 92, Pista 18, Avion Revue, Lima Víctor o que innovaban con programas como Volando por TV o Reporte Aéreo Mundial. Porque su pasión por divulgar la aviación hizo que un chico como yo a 1.000 kilómetros de un aeropuerto grande pudiera soñar con vivirla de alguna manera.

Gracias a todos los que en diferentes niveles colaboraron o participaron a lo largo de estos años. Varias veces nombré a Juan Pablo Marini como el primer lector, allá en el 2000, en enviarme fotos de un aeropuerto que jamás había visto (el de Ushuaia), y en su figura va el agradecimiento para los cientos que le siguieron. Gracias a Charly Heredia y Fernando Trucco por hacerme dar cuenta en 2006, 2007 de que el “hobby” podía ser algo más, aun cuando después no estuve a la altura. Gracias a Leo Carín por cargar sobre sus hombros Los Foros de AeropuertosArg durante tantos años (y también extiendo el agradecimiento a todos los foristas). A Ricardo Marengo por tatuarme en el alma que “con el periodismo no te vas a enriquecer pero te vas a divertir mucho más”.
Gracias a Pablo Diaz por aceptar el desafío de arriesgar lo poco que teníamos para construir algo mucho más grande. Y también al equipo actual de Aviacionline por su compromiso y su aguante.
Y, claro que sí, gracias a ustedes por elegir Aviacionline todos los días. Por la confianza, por la crítica, por las ideas. Este viaje que comenzó hace 25 años no hubiese sido igual sin saberlos del otro lado.
Y también disculpas, mil disculpas
No todas fueron buenas en estos 25 años. Como comenté, siempre hay una profunda autocrítica presente para tratar de mejorar día a día.
Sé que en este camino también muchas veces decepcioné a algunas personas. Desde no poder continuar con proyectos que me propusieron hasta dejar sin responder un e-mail o Whatsapp. Varias personas están en todo su derecho de mantenerse, no sé si enojadas, pero sí al menos indiferentes conmigo.
Y renuevo mis sentidas disculpas hacia ellas. La vorágine, en demasiadas oportunidades, jugó en contra.
También disculpas a todos ustedes por este texto de 2.000 palabras. Menos mal que iba a condensar la historia.
De cualquier manera, esta noche, cuando brinde, todos hacia los cuales me agradezco y disculpo van a estar en mis intenciones.
Mañana, como desde hace 25 años, seguiré pensando en “qué subo hoy a mi página”.
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