La ambiciosa apuesta de Airbus por lanzar un avión propulsado por hidrógeno antes de 2035 ha sido pospuesta, con una reducción presupuestaria y revisión de su viabilidad técnica, según reportó el diario The Wall Street Journal (WSJ), citando fuentes cercanas al proyecto y declaraciones de ejecutivos de la compañía.
La iniciativa, que había sido presentada en 2020 como una revolución en la aviación sustentable, entra ahora en una fase de replanteo. Airbus habría invertido más de 1.700 millones de dólares en el desarrollo de aeronaves de cero emisiones, pero los obstáculos técnicos, el peso del combustible, los requerimientos logísticos y la lenta adopción del hidrógeno en la economía global llevaron a la empresa a demorar sus planes hasta una década más tarde de lo previsto inicialmente.
De acuerdo al informe publicado por The Wall Street Journal, el fabricante europeo redujo en un 25% el presupuesto destinado al proyecto, reasignó personal y encargó a los ingenieros replantear las bases del diseño, reconociendo que aún no se ha llegado a un producto comercialmente viable. En palabras del responsable de programas futuros de Airbus, Bruno Fichefeux, "nuestro destino no cambia, pero debemos ajustarnos a la realidad", en referencia a los desafíos encontrados en la implementación del hidrógeno como combustible de aviación.
El plan de Airbus fue presentado como una apuesta disruptiva: tres conceptos de aviones propulsados por hidrógeno, incluyendo uno de hasta 200 pasajeros y un alcance de 2.000 millas náuticas. La compañía atrajo el interés de aerolíneas como Delta y Air New Zealand y de más de 200 aeropuertos para estudiar su viabilidad operativa.

Sin embargo, desde sus inicios, varios actores de la industria mostraron escepticismo sobre la viabilidad técnica y económica del proyecto. WSJ recuerda que entre los múltiples desafíos estaban el almacenamiento del hidrógeno a temperaturas extremadamente bajas, el rediseño completo de motores y fuselajes, y la necesidad de una nueva infraestructura global de suministro y logística en los aeropuertos.
En el último año, Airbus optó por migrar el enfoque de combustión directa de hidrógeno a sistemas de pilas de combustible, que generan energía eléctrica mediante una reacción química sin emitir gases contaminantes. No obstante, esta alternativa trajo consigo nuevas limitaciones de peso, alcance y capacidad de pasajeros, lo que aleja al concepto de una aplicación inmediata en vuelos comerciales de mediana o larga distancia.
Finalmente, según reporta The Wall Street Journal, en febrero la compañía informó a sus equipos sobre los recortes presupuestarios y la extensión de los plazos. Un mes después, el propio Faury comparó la situación con la del Concorde: un avance tecnológico que resultó inviable en términos económicos. “Llegamos a la conclusión de que sería un error tener razón demasiado pronto”, dijo el ejecutivo en un evento interno citado por el medio estadounidense.
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