Airbus anunció ayer viernes (7) que ha pospuesto sus planes para desarrollar un avión comercial propulsado por hidrógeno hasta mediados de la próxima década, debido a un progreso más lento del esperado en las tecnologías necesarias.
Esta decisión representa un revés para las ambiciones del grupo aeroespacial europeo de liderar la adopción de combustibles de hidrógeno, una meta promovida activamente por su CEO, Guillaume Faury, desde su lanzamiento hace cinco años, según reporta nuestro medio asociado, Aeroin.
Aunque Airbus no ha establecido un nuevo cronograma para el proyecto, el sindicato Force Ouvrière informó que los empleados fueron notificados la semana pasada de que la tecnología estaba entre cinco y diez años por detrás del ritmo necesario para cumplir con el objetivo original de 2035. La agencia de noticias francesa AFP fue la primera en informar sobre este retraso.
Los representantes de Airbus también reconocieron que la producción de un avión a hidrógeno —probablemente un turbohélice con capacidad para unos 100 pasajeros— solo contribuiría de manera marginal a la meta del sector de alcanzar emisiones netas cero para 2050. Sin embargo, argumentaron que este esfuerzo allanaría el camino para una adopción más amplia en el futuro.
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Con la suspensión del proyecto de hidrógeno, la industria de la aviación depende ahora principalmente de los Combustibles de Aviación Sostenibles (SAF, por sus siglas en inglés) en sus estrategias ambientales, aunque enfrenta una escasez de suministros por parte de los proveedores de energía.
Analistas también señalaron que este ambicioso proyecto ayudó a mitigar preocupaciones políticas sobre el impacto ambiental de la aviación en algunos países europeos, además de desbloquear financiamiento crucial para el sector durante la crisis de la COVID-19.
A pesar del retraso, Faury sigue insistiendo en que el hidrógeno desempeñará un papel en el ecosistema de la aviación en las próximas décadas y enfatiza que Europa debe liderar esta transición.
Esta postura contrasta con la visión más escéptica de Boeing, que en el Salón Aeronáutico de Farnborough del año pasado expresó preocupaciones sobre la seguridad y viabilidad técnica del hidrógeno en la aviación.
No obstante, algunos grupos ambientalistas argumentan que el uso del hidrógeno aún conlleva costos ecológicos debido a la energía requerida para su producción.
La decisión de suspender el proyecto de hidrógeno, conocido como ZEROe, llega apenas una semana después de que Airbus Helicopters cancelara sus planes para desarrollar el vehículo de movilidad urbana CityAirbus NextGen, también debido a la incertidumbre en el avance de la tecnología de baterías.
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