«The bomber will always get through»
(«El bombardero siempre logrará pasar» Stanley Baldwin, Primer Ministro Británico, 1932)
Bomber Mafia (la Mafia de los Bombarderos) es un nombre que se le adjudicó retrospectivamente, por sus detractores, a un grupo de oficiales de la Escuela Táctica del Cuerpo Aéreo del Ejercito de EEUU. Estos oficiales creían que el componente aéreo sería el factor decisivo para ganar las futuras guerras. La aviación no debía ser considerada sólo como una nueva arma, sino como un nuevo servicio autónomo, a la par del Ejército o la Armada, con su propia doctrina y objetivos estratégicos. En particular, creían en la capacidad del bombardeo masivo de largo alcance, para ganar las guerras del futuro.
Precursores de esta historia
Entre las pre-claras cabezas que teorizaron el cambio de paradigma que la aviación impondría en las guerras del futuro, no había discusión sobre la importancia estratégica que ofrecía el dominio del aire (su lucha fue la de tratar de convencer a todo el resto del elenco político/militar de su época, sobre esa verdad). Sin embargo, entre ellos si había un diferendo de peso. Aquellos que pensaban que la aviación era fundamental, tal vez el elemento más importante, pero un elemento más, dentro de la estrategia general de la guerra; y aquellos que sostenían que bastaba solo con bombardeos masivos para zanjar cualquier conflicto de manera categórica. Estos son los padres precursores, los que servirían de guía e inspiración a los «Bomber Mafia» y a todo lo que vino después.
General Giulio Douhet
«The bomber will always get through», es una frase que Sir Stanley Baldwin tomó prestada del General italiano Giulio Douhet, quien luego de la guerra Italo/Otomana por el control de Libia y de participar en operaciones aéreas de combate, se convirtió en uno de los primeros teóricos de la aviación y un acérrimo patrocinador del concepto de la guerra aérea y el bombardeo estratégico. Douhet entendía que la aviación era revolucionaria porque utilizaba la tercera dimensión, y que los ejércitos y armadas serían simplemente sobrevolados, para atacar la retaguardia sin oposición. Las teorías del General Douhet se podían resumir en 4 ideas principales:
- Una guerra puede ser ganada completamente al destruir la capacidad bélica e industrial del enemigo desde el aire
- Obtener el control del aire, era reducir al enemigo a la indefensión
- La vastedad del espacio aéreo hace la defensa sea imposible para los cazas, no pueden impedir el éxito de los bombarderos
- El bombardeo estratégico puede forzar a una nación a rendirse al fracturar la moral de los civiles, básicamente arrasando sus ciudades.
Básicamente había 5 tipos de blancos principales: industria, infraestructura de transporte, comunicaciones, gobierno y, finalmente, la voluntad de la gente. Douhet creía en la Guerra Total y es por tanto al último tipo de blanco al que daba mayor importancia. Se salteaba (o sobrevolaba) el teatro táctico y se concentraba en arrasar la infraestructura y la población del país enemigo. Él creía que los bombardeos estratégicos «de terror» podían reducir las ciudades a cenizas, haciendo que la guerra fuera algo tan terrible, que la misma población se sublevaría contra sus gobernantes para elegir una paz humillante antes que continuar sufriendo el horror de la guerra.
Como se imaginarán, sus ideas vanguardistas y descarnadas, sumadas a su personalidad confrontativa, no fueron bien recibidas por la cúpula político/militar de la época, quienes lo consideraron un radical. Hasta lo mandaron a prisión por criticar la falta de preparación y profesionalismo de la cúpula militar durante la Primera Guerra Mundial. Y aprovechó ese tiempo para escribir sus libros sobre la teoría de la guerra aérea. Como la guerra iba mal, lo sacaron de la cárcel, mas tarde lo exoneraron de todo cargo, y lo pusieron a dirigir el Comite Central de la Aeronaútica Italiana en 1918. Entre 1921 escribió el tratado sobre bombardeo estratégico «Il dominio dell’aria» (El Dominio del Aire) que resultó de gran influencia para todos los teóricos de la guerra aérea posteriores. Paso unos meses como cabeza de la aviación de Mussolini en 1922, pero luego se retiró, y desde entonces hasta su muerte en 1930 en Roma, siguió escribiendo ensayos sobre el impacto militar del poder aéreo.
Walther Wever
Fue un comandante de la Luftwaffe, previa a la SGM, y uno de los primeros defensores de la teoría de que los bombardeos estratégicos pueden ser definitorios en el esfuerzo de guerra. Aunque ciertamente estuvo influenciado e inspirado por los escritos de Giulio Douhet, Wever se oponía a sus ideas sobre bombardeos de terror y el exterminio de civiles. Tampoco estaba de acuerdo con que el poder aéreo era todo lo que se necesitaba para ganar una guerra.
Wever veía 5 objetivos prioritarios para los bombarderos estratégicos:
- Destrucción de la fuerza aérea enemiga mediante la destrucción de sus bases y de las fabricas de aviación
- Destrucción de tendidos de vías, caminos, túneles y puentes, decisivos para prevenir el movimiento de tropas enemigas
- Apoyo a las fuerzas terrestres propias, interviniendo a nivel táctico sobre el teatro operacional
- Apoyo a las fuerzas navales amigas, mediante la destrucción de las instalaciones navales enemigas
- Paralización de las fuerzas armadas enemigas mediante la destrucción de su industria bélica
Durante su tiempo como jefe del Ministerio del Aire (1933-1935) y luego como jefe de la recién creada Luftwaffe, Wever dio un fuerte apoyo a las fábricas Junkers y Dornier. De ese sponsoreo surgieron 2 prototipos de bombardero estratégico para su programa Ural Bomber, que tenia como objetivo atacar la capacidad industrial soviética cuando se desatara la guerra y la URSS moviera todas sus fábricas (como finalmente hizo, tornillo a tornillo) tras la seguridad de los montes Urales.
Prototipo de bombardero estratégico Junkers Ju-89
El prototipo de Dornier, el Do-19
Pero el 3 de Junio de 1936, mientras Wever volaba de Dresden a Berlín, el Heinkel He 70 Blitz en el que viajaba sufrió un desperfecto técnico y se precipitó a tierra. Nadie sobrevivió.
Los sucesores de Wever en la Luftwaffe fueron perdiendo el interés por las acciones estratégicas y se centraron en las operaciones tácticas de apoyo directo a tierra y tras las lineas enemigas, el componente aéreo de las famosas y exitosas Blitzkrieg. Si Wever, o su visión del bombardeo estratégico, hubieran continuado con vida luego del 36, tal vez la historia para la URSS hubiera sido distinta; y con ella, la del mundo.
Comentarios
Para comentar, debés estar registrado
Por favor, iniciá sesión