Dos meses después, encuentran el fragmento de un ala desprendida en pleno vuelo de un Boeing 747
Investigadores del Reino Unido han hecho una revelación de un reciente incidente al anunciar que un panel del borde de salida del ala, perdido de un carguero Boeing 747-400 de One Air, fue encontrado cerca de la pista 27L del aeropuerto de Heathrow después de dos meses de búsqueda.
El panel, que mide alrededor de un metro de largo y normalmente está situado en la superficie superior del ala izquierda, junto al alerón de alta velocidad, faltaba cuando el avión llegó a Heathrow el 6 de enero del año pasado, informó el medio asociado Aeroin.
El descubrimiento del panel plantea serias dudas sobre la integridad estructural de la aeronave y los procedimientos de seguridad establecidos. En una carta de servicio de Boeing fechada en noviembre de 2010, el fabricante ya había destacado que podrían producirse daños similares en el panel debido a grietas en las nervaduras del borde de salida.
Si bien la carta mencionaba que la ruptura de las costillas podría causar daños en el panel, también afirmaba que “el daño a las costillas y al panel, incluida la rotura parcial del panel durante el vuelo, no se considera relacionado con la seguridad y no afecta significativamente la capacidad de control de la aeronave”.
Esta clasificación de “ningún riesgo para la seguridad” dio lugar a la decisión de One Air de registrar el evento como un suceso reglamentario, pero no como un incidente que debía informarse a la División de Investigación de Accidentes Aéreos (AAIB).
Los aeropuertos, incluido Heathrow, cuentan con sistemas para detectar objetos extraños en las pistas. Sin embargo, el panel, que probablemente se cayó durante el aterrizaje, cayó en una zona de hierba a unos 600 metros del borde de la pista, fuera de la zona de detección.
El avión en cuestión, identificado como G-UNET, fue el primero introducido por One Air, una nueva aerolínea de carga en el Reino Unido que inició operaciones aproximadamente seis meses antes del incidente.
Los funcionarios de Boeing informaron a los investigadores británicos sobre 10 casos anteriores de desprendimiento de paneles, pero el análisis del fabricante consideró que era poco probable que esos eventos causaran daños o lesiones.
Boeing destacó que la principal preocupación era la detección de escombros en la pista, algo que se mitiga con las medidas de seguridad del aeropuerto y los estándares de diseño de las aeronaves.
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