Futuro misil de crucero del KF-21 probado con éxito en un FA-50
La campaña de ensayos desde un FA-50 confirma avances en el programa del misil aire-tierra surcoreano.
La Agencia para el Desarrollo de Adquisiciones de Defensa de Corea del Sur (DAPA) anunció que el pasado 23 de junio realizó con éxito la primera prueba de separación segura en vuelo de su futuro misil aire-tierra de largo alcance, un desarrollo clave destinado a equipar al caza KF-21 Boramae.
El ensayo, realizado desde un avión FA-50 en la base aérea de Sacheon, marca un paso crítico en el programa, que busca dotar a la Fuerza Aérea de la República de Corea (ROKAF) de una capacidad nacional para atacar objetivos estratégicos a gran distancia, en profundidad y con precisión.
Un paso clave hacia la integración con el KF-21
La prueba de seguridad de separación tuvo como objetivo verificar que el misil puede desprenderse del avión sin interferencias con la estructura o cargas externas del mismo, y sin comprometer la estabilidad y control de la aeronave lanzadora. Para ello, se utilizó un FA-50 de pruebas, cargado con un misil inerte, para evitar riesgos sobre el KF-21, que aún se encuentra en fase de desarrollo y ensayos de vuelo.
El misil fue liberado con éxito y, según DAPA, voló unos 9 km durante aproximadamente 37 segundos antes de impactar con precisión en el área de caída prevista, validando así los parámetros de separación y trayectoria inicial.
La campaña incluyó previamente 31 vuelos de integración entre avión y misil, realizados entre abril y junio de este año, en los que se evaluaron aspectos como cargas aerodinámicas, vibraciones, integridad estructural, compatibilidad electromagnética y comportamiento de la aeronave en distintas condiciones de vuelo.
Un proyecto de alto valor estratégico e industrial
Este misil forma parte del llamado “Proyecto de Desarrollo de Misil Aire-Tierra de Largo Alcance de Segunda Fase”, iniciado en 2018 con el objetivo de crear un arma equivalente o superior al Taurus KEPD 350K de origen alemán, actualmente en servicio con los F-15K surcoreanos.
En su configuración final, el nuevo misil será integrado en el KF-21, posicionándolo como una plataforma de ataque estratégico para la ROKAF, capaz de ejecutar misiones de primer golpe contra centros de mando, depósitos de munición, infraestructuras críticas y otros objetivos de alto valor en la retaguardia enemiga.
El desarrollo incorpora tecnologías locales avanzadas, incluyendo diseño furtivo, navegación por sistemas inerciales y satelitales, y capacidad de ataque de precisión a largo alcance. Tras superar la actual fase de pruebas de separación, el programa continuará con vuelos de desarrollo, pruebas operacionales y evaluación de efectividad, con miras a alcanzar una capacidad operativa inicial en torno a 2027.
Según destacó el jefe de la Oficina de Programas de Futuro Poder de Combate de DAPA, Jeong Gyu-heon, “este éxito demuestra el avance de Corea del Sur hacia una capacidad soberana en armas guiadas aéreas de largo alcance”. Además, el funcionario subrayó que la combinación del KF-21 y su misil de ataque estratégico no solo fortalecerá la autonomía de defensa nacional, sino que también mejorará la competitividad del caza en los mercados internacionales mediante paquetes de exportación integrados.

Aunque el futuro misil de crucero aire-tierra surcoreano está diseñado principalmente para el KF-21 Boramae, las pruebas realizadas demuestran que sería factible desarrollar una versión de menor tamaño y peso para equipar también al FA-50. Esto ampliaría aún más el atractivo comercial de una plataforma que ya lidera su segmento en el mercado internacional y acumula múltiples contratos de exportación.
La industria de defensa surcoreana, liderada por el Instituto de Ciencia y Tecnología para la Defensa (ADD), junto a empresas como LIG Nex1 y Hanwha Aerospace, continuará ahora con las fases siguientes de desarrollo y evaluación, antes de iniciar la producción en serie prevista para finales de la década.
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