El periódico inglés The Times publicó una nota en la que alerta sobre la posibilidad de que el Gobierno decida recortar a la mitad los Lockheed Martin F-35B que había proyectado comprar, para trasladar ese ahorro presupuestario al programa Tempest, su futuro avión de combate de 6ta generación.
Originalmente Inglaterra se había comprometido a adquirir hasta 138 F-35 Lightning II, pero en firme solo tiene pedidas 48 aeronaves. Este contrato, valorado en 12.019 millones de dólares y considerado el mayor contrato militar de la historia de Inglaterra, debe concluir hacia el 2025.
La versión pedida es, exclusivamente la B, de despegue en corto y aterrizaje vertical. Los utiliza la Real Marina Británica, como su aviación de ataque embarcada, a bordo de los portaaviones HMS Queen Elizabeth y HMS Prince of Walles. Dependiendo la ocasión o la misión, cada buque sale a la mar desplegando entre 12 y 36 F-35 a bordo.
En su momento, la base de la idea de 138 F-35, era que los mismos se irían adquiriendo a lo largo de la duración del programa. Pero ahora esto se ve como algo excesivo, sobre todo si se tiene en cuenta que ese dinero puede ser usado para desarrollar un caza autóctono, de próxima generación, mejor que el F-35 en todos los parámetros (salvo por su capacidad de despegue/aterrizaje vertical).
Hoy desde Inglaterra se ve con buenos ojos adquirir en torno a 70 F-35B, a fin de desplegar (como promedio) 30 unidades en cada portaaviones, quedando 10 aviones de reserva para reponer pérdidas o compensar bajas por ciclos de mantenimiento/revisiones.
Esto no es decisión tomada aún, aunque tiene cierta lógica. El F-35 es un programa muy demandante en cuanto a presupuesto se refiere: no tanto por el precio de adquisición, pero por el de operación y actualización. Son varias las quejas entre sus operadores sobre cómo, para mantener vivo al F-35, tienen que sacar dinero de otros programas.
El Tempest es un proyecto liderado por empresas con base en el Reino Unido, al que se le han sumado la italiana Leonardo y la sueca SAAB (aunque ésta última ya aclaró que no compraría el Tempest, solo le interesa cooperar en ciertos desarrollos tecnológicos) para el desarrollo de las tecnologías necesarias para dar a luz a un sistema de armas de próxima generación que reemplace a los Eurofighter Typhoon a partir del 2035. Ciertamente, el Tempest podría crear más empleos en Gran Bretaña, y es importante resaltar que sería tecnología nacional, más adelantada que la presente en el F-35. Lo que los ingleses desarrollen para el Tempest, tiene valor estratégico para el futuro de su base técnica/industrial nacional.
Pero ciertas voces contrarias al recorte en el F-35 advierten que es poco probable que los “aviones futuristas” tengan tanto éxito como lo tendrá el Lightning II. Y es que pese a todos los inconvenientes con los que está plagado el programa F-35, sigue sumando clientes. Y la lista de espera, para no quedarse fuera del mundo 5ta gen sigue creciendo. De alguna forma, la mayoría ve un futuro prometedor al F-35, o al menos, inevitable.
Otra opción podría ser que la RAF cambie sus F-35B por F-35A, más barato de comprar y operar. Aunque no sé si con eso baste para equilibrar las necesidades operativas de la RAF y las exigencias presupuestarias del Tempest. El asunto se está discutiendo, es un tema de dinero. Con el tiempo, veremos qué grupo gana esa pulseada.
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