En la madrugada del 31 de enero de 2025, un Learjet 55 que realizaba un vuelo médico de emergencia sufrió un trágico accidente en Filadelfia, en el que murieron siete personas.

Las imágenes del avión cayendo, prácticamente en vertical, llamaron la atención en su momento. De los muertos, seis eran ocupantes de la aeronave (dos pilotos, dos médicos, el paciente y un acompañante) y la otra víctima mortal era una persona que se encontraba en la calle.

Según el informe preliminar publicado por la Junta de Seguridad del Transporte de Estados Unidos (NTSB), la tripulación estaba en comunicación con la torre de control del Aeropuerto Noreste de Filadelfia en el momento del accidente, sin haber emitido ninguna llamada de emergencia, informó nuestro medio asociado Aeroin.

El documento indica que la aeronave impactó inicialmente contra una acera de concreto en una zona mixta, con residencias y establecimientos comerciales. El campo de escombros se extendía aproximadamente 430 metros de largo por 256 metros de ancho, orientado en un rumbo magnético de aproximadamente 150°. Durante su descenso, el Learjet chocó contra un cartel comercial y el ángulo de descenso calculado, basado en la altura del daño observado, fue de aproximadamente 22°.

La fuerza del impacto fue tal que los escombros penetraron en varias viviendas, edificios comerciales y vehículos, causando grandes daños e incendios. Entre el equipamiento a bordo destacaba la grabadora de voces de cabina (CVR), recuperada de un cráter de impacto, enterrada bajo unos 2,5 metros de tierra y escombros. Sin embargo, después de extensas reparaciones y limpieza, la grabación de 30 minutos no capturó el vuelo que culminó en el accidente, lo que indica que el dispositivo probablemente no había estado funcionando durante varios años.

Además, el Learjet 55, matrícula XA-UCI, estaba equipado con un sistema mejorado de advertencia de proximidad al suelo (EGPWS). La computadora del sistema, que puede contener datos de vuelo relevantes, ha sido enviada a las instalaciones del fabricante para su evaluación, y el análisis está en curso.

Las condiciones meteorológicas en el momento del accidente eran de vuelo instrumental y nocturno, con techo nuboso a unos 122 metros de altitud, viento de 220° a 9 nudos (16 km/h) y visibilidad de aproximadamente 10 kilómetros.

Las investigaciones continúan para esclarecer las causas del accidente y determinar posibles fallas en los sistemas de seguridad y mantenimiento de la aeronave, mientras la comunidad local enfrenta las consecuencias de este trágico episodio.