La Comisión Europea con sede en Bruselas, considera que la adquisición por parte de IAG podría restringir la competencia en las rutas nacionales y en la conexión con América Latina y que los clientes sufran una subida de los precios o una disminución de la calidad de los servicios después de la operación. El gobierno comunitario ha enviado a sendas compañías las objeciones a su proceso de fusión.
“La Comisión abriga reservas acerca de la operación”, señala el ejecutivo comunitario en un comunicado tras haber analizado la respuesta que le dieron las dos compañías en el marco de la investigación en profundidad que inició en enero de este año sobre el proceso y en la información que han suministrado también “compañías aéreas competidoras, aeropuertos, coordinadores de franjas horarias y clientes, así como de consumidores particulares y organizaciones representativas de los consumidores”.
Los problemas que ve Bruselas a la fusión es la reducción de las rutas nacionales en las que actualmente las compañías de IAG -que es propietaria de Iberia y Vueling, además de otras aerolíneas internacionales- y Air Europa compiten.
“En algunas de estas rutas no habrá competencia directa después de la operación. En otras, la competencia parece limitada y procede principalmente de compañías aéreas regionales españolas y compañías aéreas de bajo coste, como Ryanair”, expresa el gobierno comunitario, que ve el mismo problema en el caso de la conexión de España con América Latina.
También cuestiona que se pueda limitar la competencia en las rutas de corta distancia entre España y algunos países de Europa y Oriente Medio, cuya competencia es fundamentalmente Ryanair, que opera desde “aeropuertos más remotos” o de la “compañía tradicional del país de destino”.
La posición de la Comisión Europea no es, no obstante, definitiva sino que la investigación sigue su curso y da de plazo a IAG hasta el 1 de junio para que presente alegaciones.
“El envío de un pliego de cargos no prejuzga el resultado de la investigación. IAG tiene ahora la oportunidad de responder al pliego de cargos de la Comisión, de consultar el expediente de esta y de solicitar una audiencia. IAG también tiene la posibilidad de proponer soluciones para despejar las reservas preliminares en materia de competencia señaladas por la Comisión”, señala el comunicado. El plazo para que Bruselas tenga una decisión definitiva culmina el 15 de julio.
A pesar de las reticencias que tiene Bruselas desde el inicio del proceso -que se remonta a 2019 y ha dado varias vueltas-, Iberia no se da por rendida y considera que a lo largo del proceso lograrán sortear las dudas que albergan en Bruselas sobre la operación con la que pretende adquirir el 80% de Air Europa que aún no controla por 400 millones de euros.
“Nuestra propuesta es muy sólida y creemos que logrará responder a todas las preocupaciones de la Comisión. Como ya avanzó Marco Sansavini, presidente ejecutivo de Iberia, supone la cesión a otros competidores del 40% de los vuelos que operó Air Europa en 2023 con el compromiso de que ninguna ruta quede operada exclusivamente por Iberia y Air Europa”, señalan fuentes de Iberia.
“Continuamos trabajando con la Comisión para acercar posturas y acordar una solución definitiva que permita llevar a cabo esta operación fundamental para el impulso de la conectividad y de la economía de España con todas las garantías para los consumidores. Solo una competencia sana entre los hubs del sur y el norte de Europa y la consolidación de la aviación en nuestro continente permitirán a Europa competir de igual a igual con Norteamérica, Asia y los países del Golfo”, agregan esas fuentes, que aseguran que esperaban este primer veredicto negativo de Bruselas.
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