Sudán podría ser el segundo cliente africano del caza chino J-10CE
La posible compra de cazas J-10CE y Su-35 por parte de Sudán podría alterar el equilibrio en el conflicto con Etiopía.
Recientes informes en diversos medios señalan que Sudán, una nación del norte de África vinculada al Medio Oriente, se encuentra en negociaciones avanzadas para adquirir aviones de combate J-10CE “Dragón Vigoroso” y sistemas de defensa aérea de China.
Después de Pakistán y Egipto, Sudán está en proceso de cerrar un acuerdo de adquisición de los cazas chinos J-10CE, para reforzar su capacidad militar en medio del conflicto fronterizo que mantiene con la vecina Etiopía. Según Sudan Tribune, las negociaciones habrían comenzado en 2022.
Según el sitio Defence Security Asia, el ministro de Defensa sudanés, Yassin Ibrahim Yassin, recientemente confirmó la operación, afirmando que la Fuerza Aérea de Sudan recibirá su primer escuadrón de cazas J-10CE «Vigorous Dragon» de fabricación china en marzo, y un segundo escuadrón a finales de año. Aunque no hay información respecto del número de unidades pactadas con Beijín, fuentes no oficiales afirman que la Fuerza Aérea de Sudán pudo haber recibido en secreto un primer lote de ocho J-10CE.
Además de los J-10CE, Sudán también estaría negociando la compra de cazas Su-35 rusos y habría llegado a un acuerdo para permitir que Rusia establezca una base naval en Port Sudan, consolidando su rol estratégico como aliado clave tanto para China como para Rusia. Estos desarrollos podrían alterar el equilibrio de poder en la región, especialmente en el contexto de las tensiones fronterizas con países como Etiopía.
J-10C Dragon vigoroso y apolítico
El J-10CE, un caza multipropósito de generación 4.5, diseñado para ser un avión de primera línea que pueda superar a rivales como el Mirage 2000-5, F-16V (como los operados por Taiwán) y a los F/A-18 Super Hornet de la US. Navy. Su capacidad para enfrentar cazas pesados como el Su-35 o el F-15 Eagle, con respetables chances de éxito, también lo convierte en una opción de peso en conflictos regionales.

Este avión destaca por su radar AESA (Active Electronically Scanned Array), un motor avanzado de desarrollo chino y su capacidad para portar misiles PL-15, un arma BVR (Beyond Visual Range) con un alcance cercano a los 300 km (la versión de exportación PL-15E seguramente tenga un menor alcance). Este sistema proporciona una ventaja táctica considerable en combates a largas distancias, fuera del alcance visual, permitiendo a Sudán proyectar una amenaza significativa dentro del espacio aéreo de sus vecinos.
Un aspecto clave para países para naciones como Egipto o Sudán, es la estrategia china de ofrecer tecnología avanzada a precios competitivos (se estima que un J-10CE cuesta entre 40 y 50 millones de dólares), junto con una política de no interferencia en los asuntos internos de sus clientes. Además, dado que la aeronave, sus componentes y armamento son completamente de diseño y fabricación china, no están sujetos a las restricciones del ITAR (International Traffic in Arms Regulations) de Estados Unidos.
Comentarios
Para comentar, debés estar registrado
Por favor, iniciá sesión