Un avión ruso se precipitó a tierra por una lectura errónea de los sensores
El accidente se registró cuando un ordenador tomó el control del vuelo y derribó la aeronave.
Una lectura errónea de los sensores provocó que un ordenador tomara el control del vuelo y provocara la caida de un avión ruso.
La investigación en curso sobre el trágico accidente del avión Gazpromavia Superjet 100, que se estrelló en un bosque cerca de Moscú el 12 de julio de 2024, destaca la importancia de monitorear cuidadosamente los datos del sensor de ángulo de ataque (AoA).
El accidente ocurrió después de que el sistema automático de protección contra pérdida del avión empujara al avión a un descenso fatal, causado por datos inexactos proporcionados por los sensores de ángulo de ataque, informó el sitio asociado Aeroin.
Se indicó que, los resultados preliminares de la investigación apuntan a que la aeronave estaba recibiendo información incorrecta que provocó que el sistema respondiera, provocando que el avión se inclinara hacia abajo para evitar una pérdida de sustentación.
El accidente planteó comparaciones con lo ocurrido en dos ocasiones con el Boeing 737 MAX, con resultados fatales debido a un fallo del software MCAS, que dependía de datos de un único sensor de ángulo de ataque.
En el caso del Superjet, el accidente pudo haber sido causado por la mala instalación de dos sensores de ángulo de ataque durante el mantenimiento. Estos sensores, situados a ambos lados de la cabina, están integrados en el sistema de datos de vuelo de la aeronave.
La investigación del Comité Interestatal de Aviación de Rusia tendrá que determinar si los pilotos pudieron detectar y comprender la falta de coincidencia de los sensores a tiempo para reaccionar eficazmente. El boletín del fabricante de Yakovlev detallaba la lógica del ordenador de datos de vuelo al tratar con datos de sensores idénticos e incorrectos.
Los expertos señalaron que, cuando los ordenadores de vuelo reciben señales erróneas de ángulo de ataque, actúan automáticamente retrayendo los flaps y aumentando la velocidad de Mach, lo cual puede activar el sistema de protección, ya que los umbrales se vuelven más bajos en estas circunstancias.
Entre las señales indirectas que los pilotos deben buscar para identificar una posible falla del sensor de ángulo de ataque se encuentran valores estables del ángulo de ataque mayores de 2° al alcanzar los 60 nudos durante el despegue, así como una diferencia significativa – mayor de 4° – entre el ángulo de ataque y el cabeceo en vuelo nivelado.
El boletín también advierte de valores de ángulo de ataque “excepcionalmente altos” a velocidades superiores al VLS, además de un aumento significativo, de más de 30 nudos, en la velocidad de protección del ángulo de ataque durante las maniobras con el piloto automático activado.
La información que se recogió de la caja negra mostró que la tripulación cuestionó una advertencia sobre una discrepancia en las lecturas de velocidad aerodinámica, lo que llevó a un procedimiento manual para identificar un sistema de datos de vuelo defectuoso.
A pesar de existir este procedimiento, la tripulación decidió continuar el vuelo luego de verificar la consistencia en las lecturas de velocidad mostradas en sus pantallas principales. Después de esta decisión, al intentar ascender a la altitud de crucero, el sistema de protección del ángulo de ataque ajustó automáticamente el estabilizador a una actitud de morro abajo, limitando la reacción de los pilotos.
Lamentablemente, el equipo mencionó lecturas de velocidad poco confiables, pero no ejecutó la lista de verificación de velocidades no válidas. Al desconectar el acelerador automático la velocidad del avión aumentó excesivamente. Esta respuesta automática al exceso de velocidad generó una tendencia a subir, empeorando la situación del ángulo de ataque y provocando el accidente del avión. Ninguno de los tres ocupantes sobrevivió.
El Comité de Aviación Interestatal dijo que estaba comprometido a incluir una “evaluación de la implementación” de los procedimientos de referencia rápida de la tripulación en su informe final sobre el accidente.
El boletín de Yakovlev sugiere que las acciones apropiadas de acuerdo con los procedimientos manuales actuales pueden prevenir el desarrollo de situaciones catastróficas y transformarlas en situaciones más manejables.
Los operadores y las organizaciones de capacitación también deberían instruir a los pilotos para que monitoreen los datos del ángulo de ataque, especialmente después de un trabajo de mantenimiento importante.
“La detección temprana de un error en la instalación del sensor de ángulo de ataque, a velocidades de hasta V1, permitirá a la tripulación cancelar el despegue, evitando consecuencias más graves”, concluye el boletín.
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