La diputada provincial Beatriz Kreitman (CC-ARI) presentó y divulgó una declaración urgiendo a que se considere la relocalización del aeropuerto internacional Juan Domingo Perón. Sostiene que quedó en medio de una zona densamente poblada.
No es un tema nuevo. Varias veces se ha considerado, aunque nunca llegó a ser un proyecto concretamente ejecutivo, con un plan de financiamiento, un lugar elegido (se fantasea con la meseta, obviamente) y un esquema que lo hiciera viable. ¿La razón? El aeropuerto ha quedado en el medio de una zona densamente poblada. Para decirlo claramente, hay miles de ciudadanos neuquinos en potencial peligro porque están bajo la ruta de descenso, o de escape, de los aviones.
La diputada Kreitman ha sido sincera: no tiene ella un proyecto que sea realizable. La intención política parece que ha sido, en todo caso, superar el “acostumbramiento” de que allí está el aeropuerto y que por sobre la cabeza de miles de neuquinos pasan los aviones, y considerar normal esta situación de potencial y grave peligrosidad.
Sin embargo, cuando se aborda este tema, sería conveniente presentar una solución, por más osada que parezca. El traslado del aeropuerto bien puede pasar a ser una realidad. Solo hace falta decisión política, ponerse a trabajar en un proyecto ejecutivo, y considerar el financiamiento para una obra extremadamente costosa, pero no imposible.
Kreitman ha puesto el dedo en una llaga que parece no doler, pero que está abierta, mientras (casi) todos se hacen los distraídos. No se justifica la falta de seguridad poniendo como ejemplos que hay muchos otros aeropuertos (como el Aeroparque en Buenos Aires, por ejemplo) que deberían estar en otro lugar.
Sería interesante que se tomara el tema, para considerar la factibilidad concreta y ponerle plazo a un traslado que es difícil pero no imposible, pero que sobre todo, es necesario.
Fuente: NoticiasOnline