Finalmente en el día de ayer LAN Argentina recibió de manera oficial la intimación a desalojar dentro de los próximos 10 días sus instalaciones ubicadas en la plataforma sur del Aeroparque Jorge Newbery, compuestas por un hangar en el que la compañía supo invertir 5 millones de dólares, y del cual tenía por contrato su concesión hasta 2023, pagando un canon mensual de 20 mil dólares a Aeropuertos Argentina 2000.
Esta decisión asestaría un duro golpe a las operaciones domésticas de la compañía, que vuela regularmente a 14 destinos nacionales con una flota de 10 aeronaves, que hoy por hoy pueden recibir su mantenimiento en el hangar del Aeroparque Jorge Newbery.
De acuerdo a una publicación hecha hace minutos por el portal Infobae, el director de Asuntos Corporativos de LAN Argentina, Agustin Agraz, comentó que recurrirán a la Justicia para «hacer valer sus derechos». Ante la pregunta de si existirían despidos en caso de concretarse el cierre del hangar, Infobae cita que «la operación de LAN Argentina es inviable sin el hangar, si nos quitan el hangar nos veríamos obligados a dejar de volar a los 14 destinos de Argentina».
Así también Agraz comentó que en los últimos meses ningún funcionario aeroportuario del Gobierno atendió sus llamados, sino que solamente siempre fueron atentidos por la Presidente, quienes los alentó a invertir en Argentina y a generar puestos de trabajo.
En 2012 LAN Argentina transportó 2.500.000 pasajeros, capturando un 30% del share del mercado doméstico argentino.
El desembarco de LAN en nuestro país tuvo lugar en junio de 2005, de alguna manera «invitada» por el gobierno nacional para suplir el espacio dejado por Southern Winds/Federales, y con una Aerolíneas Argentinas todavía en manos de Marsans.
Pero todo cambió desde la re estatización de Aerolíneas Argentinas en 2009, la cual volvió a convertirse para el gobierno, como hace 50 años, en el «eje» de la política aerocomercial de Argentina, dejando muy pocos espacios para el desarrollo de nuevos frentes de competencia, y ahogando lentamente a los ya existentes, como LAN Argentina, que se vio privada de incorporar nuevos destinos, aeronaves y hasta del uso de servicios de rampa por parte de la estatal Intercargo.