El viernes pasado, literalmente un rato antes del Government Shutdown (esto es, el cese de operaciones de oficinas gubernamentales por razones técnicas-presupuestarias), el 787-10 Dreamliner, recibió la certificación de la Administración Federal de Aviación, lo que lo declara apto para ser entregado a clientes y que brinde servicio comercial.
La certificación se logró tras un extenso programa de vuelos de prueba que comenzó en marzo de 2017 y registró unas 900 horas de vuelo entre los tres prototipos. Boeing dijo que el programa estuvo orientado a que los aviones pasaran una serie de pruebas para confirmar que todos los aspectos técnicos y operacionales del 787-10 cumplen con los estándares de seguridad.
«Nos complace haber cumplido con los rigurosos estándares establecidos por la FAA y estamos ansiosos por llevar el avión al mercado para nuestros valiosos clientes», dijo Brad Zaback, vicepresidente y gerente general del programa 787, en un comunicado. «Después de años de diseño y pruebas, nuestro equipo ha demostrado la calidad, seguridad y fiabilidad del miembro más nuevo de la familia Dreamliner, y esperamos ver el avión en servicio más adelante este año», concluyó.
Se espera que la Agencia Europea de Seguridad de la Aviación (EASA) siga el ejemplo de la FAA y certifique el avión antes de que entre en servicio. Singapore Airlines, cliente de lanzamiento de la variante, y uno de sus principales impulsores con 49 aviones pedidos, tiene programado obtener el primer 787-10 para el servicio comercial durante el primer semestre de este año (presumiblemente, marzo). En el continente Americano, United Airlines será el primer cliente en obtener un 787-10, recién a partir de la segunda mitad del próximo año.
Hasta la fecha, Boeing tiene 171 pedidos en firme para el 787-10 de clientes en todo el mundo y compromisos por docenas más, incluido el anuncio que hizo Emirates en noviembre, en el Dubai Air Show, sobre la adquisición de 40 de estas aeronaves de fuselaje ancho.
Boeing tiene su planta de North Charleston como lugar de ensamblaje exclusivo para el 787-10, porque el fuselaje del avión es demasiado grande para caber en los 747 Dreamlifters que transportan secciones entre el campus local y la segunda línea de producción de Dreamliner en Everett. El campus de North Charleston también construye el programa 787-8, el miembro más pequeño de la familia de aviones, y el mediano 787-9, aunque estos sí son transportados y finalizados en Washington.
La familia Dreamliner incluye un trío de aviones de fuselaje ancho y de consumo eficiente que están hechos de materiales compuestos. El 787-10 es el más grande de los tres modelos, capaz de transportar 330 pasajeros a 11900 kilómetros de distancia.
Muy buen post, como siempre.
Hermoso !