El viernes se conoció una foto en twitter, que mostraba al primer Boeing 737-800 de Norwegian Air Argentina en un taller de Norwegian en Oslo, Noruega:
He aquí la foto original, con créditos al autor.
https://t.co/BYCRuF7A1Z?amp=1— Diazpez (@diazpez) 12 de enero de 2018
Al fondo, sobre la izquierda, se adivinaba la silueta de la primera personalidad Argentina. Y me alegré. Poco después, llegó la confirmación oficial, y poco más tarde, el comunicado, que transcribo:
La aerolínea de tarifas bajas (low-fare) Norwegian Air Argentina recibirá el lunes próximo (data agregada: me informaron desde la compañía que llega a eso de las 16:00 a EZE) su primer avión Boeing 737-800 en el que rinde un homenaje a Astor Piazzolla. La aeronave, de menos de un año de antigüedad, mantiene la tradición de la compañía de realizar tributo a personalidades locales que hayan contribuido e inspirado a la sociedad con su obra. La imagen del músico y compositor argentino se encuentra en el ala de cola del avión y forma parte de la campaña “Héroes en el Ala de Cola”.
La aeronave, cuyo arribo está programado para el lunes 15 de enero a Ezeiza y de matrícula argentina LV-HQH, cumple con los más altos estándares de seguridad, calidad y uso eficiente del combustible. Está configurada con 189 asientos, cuenta con conexión wi-fi e incluye una nueva dimensión de comodidad a bordo gracias a su diseño Sky Interior -del fabricante Boeing- que brinda un mayor confort para el pasajero, con iluminación ambiental y más espacio en cabina.
Norwegian -que opera en el mundo con una de las flotas más nuevas y amigables con el medio ambiente del mundo, con una edad promedio de 3,6 años de antigüedad-, planea contar con entre 10 y12 aeronaves Boeing 737-800 al cabo del primer año desde el inicio de sus operaciones en el país. La campaña de “Héroes en el Ala de Cola” a todos los aviones de la flota, para la cual se elegirán personalidades que, en sintonía con el espíritu de la compañía, hayan derribado fronteras, desafiado lo prestablecido e inspirado a miles de personas.
Ole Christian Melhus, CEO de Norwegian Air Argentina, dijo: “La llegada de nuestro primer avión es un paso más del recorrido que nos llevará a poner en macha nuestras operaciones en muy pocos, para que cada vez más personas puedan volar y recorrer la Argentina a precios accesibles”. Y agregó: “Entretanto, a través de esta distintiva iniciativa de Norwegian, tenemos el gusto de rendir homenaje a Astor Piazzolla, uno de los artistas argentinos más destacados y reconocidos internacionalmente. Agradecemos a la familia Piazzolla por sumarse a nuestra iniciativa”.
Por su parte, Laura Escalada de Piazzolla, dijo: “Es un honor que Astor (Piazzolla) haya sido elegido para ser el primer homenajeado en los aviones. Astor fue un pionero, un músico excepcional que inspiró y sigue inspirando a generaciones de músicos en todo el mundo”.
Por mi lado, me alegré, porque entre varios candidatos muy válidos, uno de mis preferidos es Astor. Un músico que trascendió barreras, que rompió límites. Que llevó el Tango de ser una banda de sonido para que la gente baile a una experiencia musical de todos sentados. Que revolucionó la música.
Con mi viejo, fue uno de los temas de discusión más grandes que tuvimos. Tradicionalista él, era más de los clásicos: Troilo, Pugliese. Yo, de Piazzolla. Muchas veces nos trenzábamos en broma al respecto. Escuché a Piazzolla miles de veces, en cada experimento. Me he cruzado afuera con gente que lo mencionaba como sinónimo de Argentina, al nivel de Manu, Messi o Maradona.
Una vez, en la época del discman y el CD, me compré el disco de su concierto en el Teatro Colón. Conociendo la historia de Adiós Nonino, me dispuse a escucharlo. Para el que no la conoce, Nonino era el apodo del padre de Astor. Cuando le avisan que murió, pide que lo dejen solo y compone de un tirón, de un desgarro, una canción para recordarlo.
La empecé a escuchar en el tren, allá cuando el Sarmiento tenía los asientos verdes rebatibles, y empecé a llorar. Enfrente iba sentado un señor más grande que yo, que en un momento me miró casi preguntándome si estaba bien. Lo miré y sin sacarme los auriculares le dije «Piazzolla.». No hizo falta nada más.
Cuando murió mi viejo, mi despedida íntima fue escuchar esa versión de nuevo. Y fue un viaje de dolor, de angustia, de nostalgia y de cariño por las cosas vividas. Fue mi forma de ordenar lo que había pasado, de acomodar cada recuerdo donde va. La dejo acá, y quien haya pasado por eso entenderá la montaña rusa que uno vive. Y siempre voy a admirar a Astor Piazzolla por haber podido poner en música esa experiencia.