El grupo turístico español Globalia ha declarado que busca poner en marcha un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) temiendo una baja de la demanda en la temporada otoño-invierno (boreal). La medida afectará a unos 9.000 empleados, el 60% del total.
Según fuentes de El Confidencial, Globalia tiene la intención de iniciar un proceso de negociación con los sindicatos para aplicar un ERTE por causas económicas (conocidos como ETOP) en todas las subsidiarias del grupo por la disminución de las reservas postvacacionales y la falta de garantías de prórroga de los ERTE aprobados por el gobierno español durante la pandemia.
En el caso de Air Europa, la crisis impactó sus operaciones de vuelos de larga distancia por las restricciones sanitarias en sus mercados más importantes en América Latina: Argentina, Brasil y Perú y en Norteamérica hacia los Estados Unidos. El operador aéreo se vio envuelto en la controversia por las ayudas gubernamentales de La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), que le concedió créditos por 475 millones de euros.
Los empleados de Air Europa, incluyendo tripulantes de cabina, pilotos y el personal de tierra, meses atrás rechazaron una nueva reducción salarial del 6%. El sindicato cuestionó el ajuste, poniendo como ejemplo el elevado sueldo del nuevo consejero de la compañía.
Iberia, perteneciente a International Airlines Group (IAG) también está en negociaciones con los sindicatos para incluir a más de 5.000 empleados.
En peligro la fusión de Iberia-Air Europa
La situación económica de los principales operadores aéreos españoles de larga distancia, puede poner en duda la adquisición de IAG para la fusión de Iberia y Air Europa y reforzar sus operaciones en el Aeropuerto Adolfo Suarez Madrid-Barajas.
La Unión Europea, a través de la Comisión de Defensa de la Competencia, indicó también que existen otras dificultades que resolver en relación con la posición dominante que tendría el operador conjunto en el mercado español. Una de las decisiones seria ceder slots (franjas de aterrizajes y despegues) a competidoras Low Cost como Ryanair, lo que perjudicaría las operaciones aéreas y eliminaría la ventaja competitiva, por lo que la idea de la fusión perdería atractivo.