Boeing no aprueba la inspección de la FAA y las entregas del 787 Dreamliner seguirán paralizadas

La Federal Aviation Administration no aprobó una revisión del proceso de fabricación del Boeing 787 Dreamliner y las entregas del modelo seguirán detenidas al menos hasta finales de octubre, lo que extiende las dificultades financieras del fabricante y pone una buena cantidad de pedidos del 787 en riesgo de ser cancelados sin penalidades.

De acuerdo a lo reportado por Andrew Tangel en el WSJ, Boeing le propuso a la FAA presentar 3 aviones como muestra de los 106 que ya están terminados y esperando la autorización para ser entregados a los operadores, como parte de un programa presentado por la compañía para que la agencia valide revisiones puntuales en lugar de tener que desmontar completamente aviones armados.

Tangel dijo que al menos un ingeniero de Boeing que es parte del grupo que representa a la compañía ante la FAA manifestó que esta revisión sería «insuficiente» y «poco representativa», y que la razón por la que se eligió estos tres aviones es por su disponibilidad para revisión, ya que son de los últimos que salieron de la línea de producción de la compañía.

A partir de la postura disidente dentro del grupo de ingenieros que representan a Boeing, la FAA no tuvo más que rechazar la propuesta porque una de las exigencias es que el grupo de ingenieros que funciona como contralor del proceso tiene, como mínimo, que estar de acuerdo con las propuestas de la propia compañía.

Boeing se comprometió a ampliar la muestra para la próxima presentación a revisión, cuya resolución no se espera antes de fines de octubre. Esta revisión es clave para el fabricante ya que una nueva demora en las entregas puede representar una pérdida económica enorme en un momento en el que la compañía atraviesa una crisis financiera y de confianza de la que costará mucho salir.

Esos 100 aviones representan, a valores de mercado, unos 12.500 millones de dólares que Boeing tiene inmovilizados, y cada demora pone en riesgo los contratos de esos aparatos. Una cláusula común en los pedidos estipula que si la fábrica demora más de 12 meses la entrega de un avión por razones ajenas al operador, éste puede anular el pedido sin pagar penalidades.

Analistas de Cirium indican que unos 54 aviones cumplirán ese plazo el 1 de octubre, lo que implica una pérdida potencial cercana a los 6000 millones de dólares.

Un portavoz de Boeing le dijo al WSJ que la empresa se había comprometido a trabajar con total transparencia con los reguladores a través de un proceso riguroso que ya implicó cientos de horas de reuniones y sesiones de trabajo.

«Boeing quiere y espera que nuestros compañeros hablen libremente, hagan preguntas y presenten diferentes perspectivas sobre cuestiones muy complejas y técnicas», dijo el portavoz.

La FAA, por su parte, dijo que la agencia no dará el visto bueno a las inspecciones de Boeing «hasta que nuestros expertos en seguridad estén satisfechos.»

 

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