Seis jumbos de la compañía alemana habían sido trasladados a Twente, Holanda, y habían quedado retenidos luego de que autoridad aeronáutica definiera que aviones de esta categoría no podían partir de la pequeña terminal aérea, ya que no podía ofrecer las condiciones de seguridad correspondientes para que se lleve a cabo la salida de este modelo de aeronave.
Las autoridades creyeron en principio que estas unidades iban a ser desmanteladas, como la mayoría que terminaron en Twente, pero posteriormente tomaron conocimiento de que en realidad se trataba de un contrato de almacenamiento y que las enormes aeronaves que se encontraban allí descansando podían ser recuperadas en cualquier momento.
Finalmente, el director del aeropuerto junto con la autoridades holandesas discutieron sobre la situación y llegaron a un acuerdo a fines de octubre de 2020, habilitando una excepción para el despegue de la totalidad de los 747 allí almacenados, siempre y cuando se cumplieran todas las medidas de seguridad necesarias.
Despegaron entonces, tras la firma del acuerdo, 3 jumbos mientras que los otros 3 quedarían en almacenamiento hasta mediados de este año. Sin embargo, 1 de ellos fue retirado por la compañía en el mes de abril debido a la rápida reanudación de sus operaciones.
El pasado 3 de agosto despegó el penúltimo 747-400 de Twente, y los aficionados se dieron cita en las inmediaciones de la terminal para registrar el decolaje del Boeing 747-400 matrícula D-ABVX, que posterior al despegue, regresó a la vertical del aeropuerto para brindarles un lindo adiós.
Finalmente le llegaría el turno de partir a la última unidad del stock que Lufthansa tenía almacenado allí, poniéndole fin a una saga que resonó durante meses.
Se trata de la aeronave matrícula D-ABTL, a la cual también le llegó su primavera. El despegue fue el pasado lunes 20 de septiembre a las 11:54 UTC, desde el aeropuerto Enschede Twente y con destino a Frankfurt. El vuelo DLH1ENS duró un poco más de 40 minutos.
Imagen del trayecto por RadarBox.
Es interesante advertir que el Boeing 747 fue remolcado hasta la cabecera de pista, ya que el aeropuerto no cuenta con la capacidad para que la reina de los cielos pueda trasladarse por sus propios medios hasta hasta allí.
Posterior al momento del despegue a una alta velocidad de ascenso, se puede observar en las imágenes que la aeronave regresa a la vertical del aeropuerto y hace un pasaje virando sobre la pista, animando a los aficionados que se encontraban mirando y permitiéndoles contemplar todo el sector lateral de su fuselaje.
Por último, para ponerle la frutilla al postre y para mantener la tradición, el piloto al mando realizó un «bye bye» agitando sus planos hacia ambos lados.
Cuando regresas a tu casa luego de un día de spotter, pleno de felicidad sabiendo que los pilotos brindaron el mejor show del año…