Boeing parece ir dejando atrás la crisis de los MAX y sigue vendiendo «white tails» a nuevos clientes con jugosos descuentos, aunque el stock parece ir agotándose. El fabricante entregó 22 aviones en agosto y obtuvo pedidos por siete 787, lo que le permite encarar los problemas técnicos del modelo con cierto optimismo.
De los 22 aviones entregados el mes pasado 16 corresponden al segmento de fuselaje angosto: 14 737 MAX y dos P-8 Poseidon, basados en el 737-800. El resto, tres KC-46, dos 777F y un 767-300F.
Durante 2021, Boeing entregó 169 737 MAX, pero lo más importante es la cantidad de contratos nuevos que hizo por los casi 200 aviones pedidos que fueron cancelados por los clientes, un poco por la pandemia y otro poco porque el parate de casi dos años por cuestiones de seguridad operacional del modelo impactó severamente en la confianza de los operadores.
Para eso, recurrió a una herramienta muy efectiva: descuentos masivos sobre los aviones que tenía en stock. Si bien la compañía negó acusaciones de vender aparatos muy por debajo del costo, es de esperar que la política comercial actual contemple precio de amigo para quienes le permitan desprenderse de aviones cuya construcción ya pagó y que cayeron en el limbo del almacenamiento de largo plazo.
Además, no es que hay un gran apuro de los operadores que mantuvieron sus pedidos firmes: una buena parte de ellos decidió aplazar las entregas.
Boeing recibió pedidos de 53 aviones en agosto, incluyendo 35 MAX y 18 aviones de fuselaje ancho. Entre ellos, 11 777F – uno para FedEx y 10 más de un comprador o compradores que Boeing eligió no identificar. El total neto de agosto, restando cancelaciones y conversiones, es de 23.
Así, los pedidos netos de 2021 suman 280 (de un total bruto de 683), 150 aviones más que el total neto de Airbus, que es de 132. Si nos enfocamos en las entregas, Boeing lleva entregados 206 aviones, casi 180 menos que Airbus, con 384.
Fuentes de la industria dijeron que Boeing está cerca de conseguir un pedido de unos 70-100 aviones 737 MAX de la empresa india Akasa, una low cost fundada por el multimillonario Rakesh Jhunjhunwala.
Sin embargo, sigue discutiendo con Ryanair el precio de un pedido de hasta 250 737-10. Ryanair dijo que daba por terminadas las negociaciones la semana pasada: dice que no está dispuesta a ceder a las demandas de precios de Boeing en medio de la incertidumbre sobre las tendencias de COVID-19, pero con O’Leary y sus agresivas tácticas de negociación nunca se sabe.
Pero una cosa es innegable: si los white tails se acaban, la necesidad de Boeing de hacer una liquidación de stock descenderá rápidamente, lo que puede volver a ubicar el precio de los MAX en valores más acordes a los históricos. Parece ser entonces, que lo peor de la crisis del MAX quedó atrás -en términos económicos-, y que Boeing empieza a recorrer un camino que sigue oscuro, pero que tiene un poquito más de luz.