El bombardero supersónico ruso de nueva construcción Tupolev Tu-160M tendrá la capacidad de detectar aviones y misiles enemigos en su hemisferio trasero, y defenderse de ellos mediante sus propios misiles aire-aire.
Según la agencia RIA Novosti, el nuevo Cisne Blanco será el primer avión del mundo en incorporar esta capacidad. Los Tu-160M podrá detectar e interceptar aeronaves enemigas mediante el uso de misiles de lanzamiento inverso.
Según fuentes de la industria consultadas por la agencia, “en el primer Tu-160M recién fabricado, se instaló una estación de radar retrovisor (RLS), que permitirá que la aeronave use los llamados misiles de lanzamiento inverso para la autodefensa contra misiles aire-aire, tierra-aire y cazas».
El radar de cola del bombardero Tu-160M detectara las amenazas en aproximación por el hemisferio trasero, ya sean misiles anti-aéreos o cazas en aproximación, y los derribará utilizando misiles aire-aire propios.
La fuente agregó que «el uso de radar retrovisor en bombarderos pesados es más apropiado, ya que estos son vehículos de baja maniobrabilidad que simplemente pueden no tener tiempo para volver la nariz hacia el enemigo».
El concepto no es nuevo. Desde los años 70 hubo muchos estudios realizados, tanto en las potencias del Este y del Oeste para armamento defensivo activo para bombarderos, basados en misiles guiados. Pero la gran mayoría de estos sistemas nunca pasaron más allá de la etapa de concepto, prefiriéndose apostar por la velocidad, sigilo, guerra electrónica, o una combinación de éstas.
El interlocutor también aclaró que los misiles de lanzamiento inverso pueden alcanzar objetivos en el hemisferio delantero. Cuando atacan objetivos en el hemisferio trasero, de acuerdo con la designación del objetivo del radar de cola, los misiles giran 180 grados en vuelo.
Esta modalidad fue demostrada por Francia, mediante una prueba en la que un caza Dassault Rafale disparó un misil Mica hacia un objetivo que se encontraba directamente atrás suyo. Los datos del blanco habían sido pasados por otro avión mediante enlace de datos y el misil Mica, inmediatamente tras su lanzamiento, realizó un giro de 180° y luego de unos segundos, neutralizó el blanco.
Rusia en cambio, había desarrollado una versión especial de su misil aire-aire de corto alcance Vympel R-73 modificado para lanzarse hacia atrás. El objetivo era desarrollar un arma defensiva que pudiera ser portada por bombarderos, aviones de transporte/carga y aviones de patrulla marítima, para su auto-protección.
A diferencia del sistema propuesto para el Tu-160M, este R-73 “especial” se lanzaba en la dirección opuesta a la dirección de vuelo del avión portador, y al ser de guía infrarroja, era un arma del tipo “dispara y olvida”.
La diferencia entre un sistema de lanzamiento hacia adelante, que luego gira “por sobre el hombro” y uno que se lanza orientado hacia atrás, puede que esté en la conservación de la energía de cada método.
El misil que se lanza hacia adelante conserva mucha de la energía y velocidad de la nave portadora y luego, mediante su propia propulsión, acelera y realiza la maniobra de giro de 180° (seguramente sobre el eje vertical) lo que le permitiría conservar bastante de la energía con la que fue lanzado.
En cambio, un misil de lanzamiento de orientación trasera, deberá primero contrarrestar la inercia del momento del lanzamiento, lograr llegar a una suerte de “frenado”, para luego comenzar a acelerar en la dirección opuesta.
La ventaja de un misil de lanzamiento hacia adelante, opción elegida para el Tu-160M, es que podría cubrir amenazas en los 360°, no solo las que se aproximen por el hemisferio trasero. Si el nuevo sistema de armas resulta exitoso, es probable que se implemente en una gran variedad de aviones de guerra, no solo sobre grandes bombarderos, sino aviones de transporte, inteligencia, e incluso cazas. Estos podrían prescindir del radar trasero (excepto el Su-57, que tiene cobertura radar en 360°) para encontrar y apuntar los misiles, pero podrían hacer uso de los enlaces de datos y la guerra en red para lograr la capacidad de “disparo hacia atrás”, tal como lo demostraron los Rafale franceses.