Llegó el día que ITA Airways -o mejor dicho, el gobierno italiano- esperaba con ansias: a las 00:00 del 6 de julio cerró el plazo para presentar las ofertas vinculantes de las compañías interesadas por quedarse con la sucesora de Alitalia.
Mucho pasó desde que Alitalia cerró sus puertas y la flamante ITA le dio continuidad al negocio: a un panorama complicado por la acuciante realidad económica de la compañía de bandera tras la salida violenta de Qatar se le sumaron la pandemia y la guerra en Ucrania, que disparó el precio del combustible al doble del registrado en 2021.
De acuerdo con lo reportado por Leonard Berberi del Corriere Della Sera, esta combinación de factores devaluó a la compañía en aproximadamente 500 millones de euros. Según Berberi, Lufthansa y MSC ofrecerían entre 800 y 850 millones, bastante menos de los mil millones que pensaba ofrecer y mucho menos que los 1200 a 1400 millones que el estado italiano establecía como valor de ITA en diciembre de 2021.
El fondo de inversión estadounidense Certares ofrecería entre 550 y 600 millones, una baja menor en porcentaje ya que originalmente había sugerido una inversión de entre 600 y 800 millones, aunque con un porcentaje de participación accionaria menor. Lufthansa reclama tener el control del 80% del paquete accionario. Certares no confirmó su parte esperada, pero seguramente será mayor a lo que Italia pretende ceder.
Otra diferencia entre los ofertantes es la velocidad para tomar las riendas de la empresa: Lufthansa quisiera subir ya mismo, mientras que Certares necesitará un tiempo de transición para ponerse al día y encontrar un socio operativo que le permita sostener los esquemas de funcionamiento mientras llega 2023 para que Air France tome el control, junto con Delta Air Lines, aunque esta última se acople desde el lado puramente comercial.
Lo cierto es que el gobierno italiano está ansioso y apurado por resolver las ofertas y podría definir al nuevo dueño esta misma semana: sabe que una demora o una tercera ronda de negociaciones puede hacer caer el precio de ITA todavía más, y la empresa aérea estatal es -como siempre- un factor de roce permanente, además de una hemorragia de fondos que no coagula nunca. Se llame como se llame.
Alitalia y sus empleados en especial los de la cabina de servicio a los pasajeros, eran un asco en especial los ya muy antiguos y de mayor edad, mujeres y hombres, daba asco su presencia y su trato al pasajero, la aerolínea no valía ni un centavo. Terrible aerolínea Alitalia.
Así es. En un vuelos Italia-Brasil la empleada comentó en voz alta con su compañera que no hacía falta preguntar a los pasajeros qué comerían porque los brasileños no saben ni la diferencia entre pollo y pavo.
Qué estará com comiendo ella ahora?