Siguiendo la ola de rechazos a la nueva «tasa de seguridad de la aviación» que obtuvo media sanción en la Cámara de Diputados de la República Argentina este miércoles en el marco del debate de la ley del Presupuesto 2023, la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) emitió un duro comunicado en el que argumenta que «la seguridad en la aviación es una responsabilidad del estado, y tal como recomienda la OACI, es el mismo estado quien debe cubrir con ese coste, sin trasladárselo al pasajero».
Y es que este nuevo impuesto será destinado, en teoría, a financiar a la Policía de Seguridad Aeroportuaria, e incluso su evolución estará atada a la del salario de un agente de bajo rango de esa fuerza, sin superar el 0,25% del mismo.
Si bien el monto solo representaría en la actualidad unos ARS 250 (~ USD 1), se da en un mercado que ya aplica fuertes tasas e impuestos sobre la actividad aérea, como una también denominada de seguridad, la de uso de aeroestación, migraciones, al turismo, IVA, ingresos brutos provinciales, y las percepciones de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) a la compra de productos y servicios en el extranjero. Todo esto puede representar el 54% del costo de un boleto aéreo en un mercado en plena recuperación y que tiene un valor de viajes per cápita del 0,61, por debajo de países como Chile.
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Y eso solo del lado del pasajero, pero según IATA las compañías aéreas también pagan costos que en el caso de la navegación aérea son ochos veces más caros que en Chile y los de aterrizaje casi el triple que en Paraguay, considerando una aeronave promedio como el A320.
“Esta política recurrente de gravar a la industria se está haciendo insostenible. La aviación ha demostrado su compromiso con el gobierno para trabajar en conjunto, con efectividad y visión en la sostenibilidad del transporte aéreo en Argentina tras la pandemia, donde nuestros pronósticos estiman la recuperación de los niveles 2019 para el 2024. Pero en lugar de facilitar este proceso, el gobierno impone más obstáculos», dijo Peter Cerdá, vicepresidente regional de IATA para las Américas.
«Aprobar dos nuevas tasas en tan solo dos semanas es un golpe paralizante para la industria y principalmente para todos los ciudadanos. Argentina ya está plagada de impuestos y tasas injustificables que perjudican la demanda de los viajes aéreos y en definitiva inhiben el desarrollo del país”, agregó.
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Como destacamos en otra nota publicada ayer, lo paradójico de esto es que ocurre apenas días después en que Buenos Aires fue sede del ALTA Airline Leaders Forum, evento que reunió a los máximos líderes de las compañías aéreas de la región, y dos semanas después de une vento de calibre similar, pero de la industria aeroportuaria, la ACI-LAC Conference, en los que autoridades del gobierno y representantes del transporte aéreo enfatizaron la necesidad del trabajo conjunto para desarrollar el sector dado el impacto positivo del mismo sobre la economía.
«Argentina viene perdiendo competitividad frente a sus pares de la región. Las autoridades deberían considerar que, tras finalizar la temporada de verano en el hemisferio sur, muchos operadores aéreos podrían reconsiderar su capacidad y sus frecuencias al país», prosiguió Cerdá.
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«La industria tiene la predisposición de seguir apoyando a la Argentina en su recuperación socioeconómica. Tenemos que trabajar junto al gobierno en una agenda que permita al sector contar con la capacidad para seguir creciendo de manera sostenible y eficiente, preservando la conectividad y los beneficios vitales que ofrece la industria,” concluyó.
Los gobiernos incapaces, se afincan en defenestrar al pueblo que es quien los elige, y se CARTELIZA hacia los servicios públicos en donde una élite privilegiada se beneficia con las obras públicas del gobierno dirigidas a fomentar el desarrollo del país y que deberían hacer accesibles dichos servicios publicos. Hoy lo vemos en las comunicaciones, en la vialidad, la energía electrica, el agua, aeropuertos, etc. entregados a CARTELES DE CONCESIONARIOS que usufructuan obras públicas en detrimenti del pueblo.