Luego del devastador paso del huracán Otis el pasado 25 de octubre, el Aeropuerto Internacional de Acapulco (ACA) ha retomado sus operaciones con 14 vuelos, pero exclusivamente con fines de evacuación y asistencia humanitaria.
Aeroméxico, Viva Aerobus y Volaris han reiniciado sus operaciones hacia Acapulco, llevando personal médico, suministros y funcionarios a la zona mientras evacuan a turistas y residentes locales. Sin embargo, las operaciones están severamente restringidas debido a los daños infligidos a la torre de control, la terminal, las luces de la pista y los hangares, entre otros.
Ricardo Dueñas, director ejecutivo del Grupo Aeroportuario de Centro Norte (OMA), ha declarado que su prioridad inmediata es evacuar de manera segura a quienes están varados en la ciudad. Una vez terminada esta etapa, los esfuerzos se centrarán en restaurar las operaciones normales y reconstruir la terminal y la torre de control.
Huracan Otis, el mayor huracán que azoto México
El huracán Otis se originó el 22 de octubre como un ciclón tropical frente a las costas del estado de Guerrero, en el Golfo de Tehuantepec. Inicialmente pronosticado como una tormenta débil con vientos de hasta 70 km/h, se intensificó rápidamente a medida que se acercaba a la costa de Acapulco, transformándose en solo 18 horas en un potente huracán de categoría 5, con vientos que alcanzaron los 270 km/h.
Otis se convirtió en el huracán del Pacífico más poderoso que tocó tierra en México. Acapulco sufrió la peor parte del impacto, experimentando cortes de energía inmediatos, inundaciones, deslizamientos de tierra y la interrupción de los principales sistemas de comunicación. Muchos edificios, en particular hoteles de lujo a lo largo de la costa, sufrieron grandes daños por vientos superiores a 200 km/h. Las autoridades locales informaron de 27 muertos y 5 personas desaparecidas.
También han declarado que llevará meses restaurar a Acapulco a su antiguo estatus como uno de los principales destinos turísticos de México. Este desastre es uno de los más devastadores desde 2013 y 1997, cuando los huracanes Pauline y Manuel, respectivamente, causaron una destrucción similar.
Un aeropuerto con daños de consideración
El Aeropuerto Internacional de Acapulco, ubicado a escasos metros del Océano Pacífico, también sufrió graves daños.
La Secretaría de Comunicaciones y Transportes informó grandes daños a la infraestructura del aeropuerto, incluidos en el cerco perimetral, equipos de inspección y pasarelas telescópicas, que se encontraron en mal estado. La zona de los mostradores del aeropuerto también experimentó una inundación de aproximadamente 5 cm. La torre de control había cristales rotos y equipos destruidos, dejándola fuera de servicio.
La pista de aterrizaje, cómo la plataforma y calle de rodaje se encontraron en buen estado.
Además de que varios hangares quedaron parcial o totalmente destruidos y varias aeronaves de pequeño porte irrecuperables.
En 2022, Acapulco cerró con 838.991 pasajeros movilizados, y según OMA venía creciendo un 30,1% mensualmente en comparación con la operación prepandemia.