La NASA envió por primera vez su C-130 Hercules a la Antártida

Martin Romero

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El Hercules C-130 de la NASA y su tripulación han aterrizado por primera vez en la estación McMurdo, en la Antártida, para entregar el Observatorio Espectroscópico de Terahercios ULDB Galáctico/Extragaláctico (GUSTO) de la agencia.

La estación de investigación estadounidense, operada por la National Science Foundation, acoge la campaña antártica de globos de larga duración de la NASA, en la que la misión GUSTO realizará un vuelo científico en globo a partir de diciembre de 2023.

El viaje del C-130 tiene una distancia de 26,400 millas náuticas (ida y vuelta), y su primera escala fue en Fort Cavazos, Texas, el 17 de octubre, para cargar el observatorio GUSTO y los miembros de su equipo de instrumentos. Otras paradas para el mantenimiento de la aeronave y el descanso de la tripulación fueron en la Base Aérea de Travis (California), la Base Aérea de Hickman (Hawái), Pago Pago (Samoa Americana) y Christchurch (Nueva Zelanda), antes de llegar finalmente a McMurdo (Antártida), a 800 millas del Polo Sur.

Detalles de la primera misión del C-130 de la NASA a la Antártida

La Oficina de Aeronaves del Centro de Vuelo Wallops de la NASA en Wallops Island, Virginia, que gestiona el C-130, dedicó casi un año a los esfuerzos de coordinación para preparar el viaje de GUSTO a su lugar de lanzamiento.

Las tareas que han sido de vital importancia para el desarrollo de esta misión fueron: obtener las autorizaciones internacionales de las respectivas agencias, la configuración de la carga con la Oficina del Programa de Globos de la NASA, el apoyo logístico con la National Science Foundation en McMurdo, hasta la formación especializada en sistemas de navegación no tradicionales en la Antártida. La Oficina de Aeronaves desarrolló un extenso plan para entregar con seguridad la intrincada carga científica.

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La primera misión a la Antártida del avión C-130 de la NASA planteó varios retos en los vuelos de carga de larga distancia. Los gestores de la misión y la Oficina de Relaciones Internacionales e Interinstitucionales (OIIR) de la NASA empezaron pronto para adelantarse a la coordinación de las autorizaciones internacionales de vuelo.

“Trabajamos muy duro para asegurarnos de que ejecutamos la misión con un alto nivel de competencia técnica y profesionalidad para mantener la reputación internacional de la NASA”, dijo John Baycura, piloto de investigación de Wallops en la misión GUSTO.

Los mayores retos de la misión

El viaje consta de 90 horas de vuelo a través de diferentes zonas horarias, lo que pone a prueba el ritmo circadiano de la tripulación. Para esta misión, se ha enviado un piloto y un ingeniero de vuelo adicionales para poder cubrir los descansos y aliviar la carga de trabajo. Los días de descanso obligatorio de la tripulación en lugares estratégicos, de acuerdo con la política de la NASA, garantizan que la tripulación disponga de tiempo suficiente para descansar, adaptarse al programa y proceder con seguridad.

Las travesías oceánicas conllevan un riesgo meteorológico añadido, complicado por la falta de cobertura de radar sobre el océano. La tripulación recurre a las agencias meteorológicas civiles y del Departamento de Defensa para identificar las condiciones meteorológicas peligrosas y ajustar las rutas de vuelo, la altitud y los tiempos en consecuencia.

En ruta antes de llegar a destino, la tripulación se comunicó con la oficina de meteorología de la estación de McMurdo para obtener un pronóstico de las condiciones atmosféricas antes de llegar al punto de regreso seguro. Con base en estos datos, los pilotos debieron evaluar si continuaban el vuelo rumbo a McMurdo o regresaban a Christchurch.

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