La Administración Federal de Aviación (FAA) estadounidense creó un comité especial para modificar las regulaciones atenientes a la salud mental de los pilotos.
Este anuncio se da antes de la primera cumbre de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB), programada para el miércoles 13 de diciembre. En ella, se abordará -entre otros temas- la estigmatización de los pilotos que lidian con problemas de salud mental que, a menudo y por miedo a las reacciones, evitan buscar ayuda. El nuevo comité deberá presentar sus recomendaciones antes de finales de marzo y también tendrá que proponer soluciones para la salud mental de los controladores de tráfico aéreo.
La FAA enfatiza que el recién formado Comité de Reglamentación de Salud Mental en Aviación (ARC) desempeñará un papel crucial al «recomendar formas de identificar y desmantelar cualquier barrera que desanime a los pilotos a informar y buscar ayuda para sus problemas de salud mental». La presidenta de la NTSB, Jennifer Homendy, vapuleó a la FAA señalando que el sistema de certificación de pilotos es «arcaico». Además, afirmó que la FAA ha creado un entorno donde las personas se sienten avergonzadas de buscar ayuda.
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El foco en la salud mental de los pilotos se viene intensificando desde octubre pasado cuando, durante un vuelo de Alaska Airlines, Joseph Emerson, un piloto fuera de servicio que viajaba en un jumpseat, aparentemente intentó estrellar el avión. Emerson declaró que no había dormido en 40 horas, que había consumido hongos alucinógenos, y que venía luchando contra un cuadro de depresión desde hace tiempo. El piloto enfrenta cargos por «poner en peligro una aeronave» y «poner en peligro a personas de manera imprudente». Su defensa afirmó que nunca tuvo la intención de dañar el avión o poner en riesgo a alguien, y que simplemente quería regresar a casa.
Las estrictas regulaciones de la FAA establecen que los pilotos de líneas aéreas deben poseer un certificado médico de primera clase que se debe renovar cada 12 meses (para personas de menos de 40 años) o cada seis meses para aquellas mayores de esa edad. En el examen, deben declarar bajo juramento cualquier «trastorno mental». Si se detectan problemas significativos de salud mental, corren el riesgo de perder su certificado y, con ello, su trabajo.
Debido a las potenciales devastadoras consecuencias para su carrera, una investigación de la Universidad de Dakota del Norte reveló que más de la mitad de los pilotos evitan buscar atención médica en relación a problemas de salud mental. Homendy se unió a la petición de cambios de raíz en el sistema, reconociendo que las reglas actuales han creado un estigma en el que los pilotos incluso temen acudir a terapia.
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