El prestigioso historial de seguridad en la aviación comercial japonesa se vio abruptamente interrumpido el 2 de enero de 2024, con uno de los accidentes más importantes en cuatro décadas ocurrido en el Aeropuerto Internacional de Haneda (HND), Tokio, y de Japan Airlines.
Este incidente también marca el peor accidente aéreo en Japón desde 2009 y la primera pérdida total de un Airbus A350 desde su introducción en 2014.
Ver También: Accidente de un Airbus A350 de Japan Airlines y un avión de la Guardia Costera de Japón: esto sabemos
A las 17:47 (hora local), un Airbus A350-900, registrado como JA13XJ, de Japan Airlines, aterrizó en Haneda procedente de Sapporo con 367 pasajeros y 12 tripulantes a bordo. Al tocar tierra, colisionó inesperadamente con un Dash 8-300MPA con matrícula JA722A de la Guardia Costera Japonesa, que se preparaba para despegar hacia Niigata con seis miembros de la tripulación y un cargamento de ayuda humanitaria.
La colisión resultó en una incendio que envolvió en llamas al A350, mientras que el Dash 8 quedó completamente destruido, lo que derivó en el cierre temporario del Aeropuerto Internacional de Haneda.
A bordo del avión de Japan Airlines, todos lograron evacuar a tiempo, evitando tragedias mayores antes de que las llamas consumieran por completo el A350. Sin embargo, lamentablemente, a bordo del Dash 8, cinco tripulantes perdieron la vida, dejando al capitán en estado grave como único superviviente.
La investigación y conclusión del accidente ahora recae en la Junta de Seguridad del Transporte de Japón (JTSB).
Japan Airlines: un historial de seguridad operacional perfecto, alterado después de décadas
Según los registros, el último gran accidente en territorio japonés ocurrió el 23 de marzo de 2009, cuando un McDonnell Douglas MD11 (F) de FedEx Express se estrelló al intentar aterrizar en el Aeropuerto Internacional de Narita (NRT), como resultado -según el informe final del incidente- de un mal accionar de ambos pilotos y un peligro oculto del MD11.
Pero, para la aviación japonesa, un historial de seguridad intachable ha sido un sello distintivo desde la década de 1980, sin que ninguna aerolínea local haya experimentado pérdidas totales de aviones o muertes. Sin embargo, las aerolíneas extranjeras se han enfrentado a accidentes importantes en suelo japonés: en particular el vuelo 140 de China Airlines, en el que la configuración defectuosa en la aproximación de un Airbus A300 y el error de los pilotos provocó un accidente en el Aeropuerto Internacional de Nagoya, cobrando 264 vidas de las 271 a bordo.
Volviendo a las aerolíneas locales, el último accidente importante de Japan Airlines (JAL) con pérdida total de un avión fue el 15 de agosto de 1985.
Ese día, el vuelo JL 123, operado en un Boeing 747 (SR), despegó de Haneda con destino a Osaka con 509 pasajeros y 15 tripulantes. Debido a una reparación mal hecha tras un tailstrike ocurrido en 1978, parte de la aleta vertical y la cola se separaron, provocando una rápida descompresión y la pérdida de todos los sistemas hidráulicos a bordo, inutilizando los controles de vuelo.
La rápida respuesta de los pilotos incluyó una lucha para mantener el pesado Boeing 747 en el aire en medio de una altitud irregular y pérdidas de dirección. Después de 45 minutos de batalla, los pilotos perdieron el control por completo al intentar llegar a una base aérea, pero chocaron contra una cadena montañosa. Solo cuatro pasajeros sobrevivieron, lo que marcó el mayor desastre de un solo avión en la historia de la aviación comercial.
Haneda: Décadas sin un incidente grave
Para el Aeropuerto Internacional Haneda de Tokio, han pasado cuatro décadas desde el último incidente mayor, con Japan Airlines en el centro una vez más.
El 9 de febrero de 1982, el vuelo 350 de JAL, operado en un McDonnell Douglas DC-8-61, llegó desde Fukuoka con 166 pasajeros y 8 tripulantes. Según la investigación, la aeronave aproximó con normalidad hasta que el capitán Katagiri activó deliberadamente el inversor de empuje a baja altura. El primer oficial y el ingeniero de vuelo intentaron intervenir rápidamente.
A pesar de sus esfuerzos, el descenso del DC-8 no pudo controlarse completamente, aterrizando en aguas poco profundas a 510 metros (1673 pies) de la pista. Durante el accidente la sección de la cabina se desprendió del resto del fuselaje, provocando 24 víctimas mortales.
La investigación reveló que el Capitán Katagiri tenía esquizofrenia paranoide antes del incidente, lo que llevó a que fuera declarado inocente por motivos de locura. Actualmente, reside cerca del monte Fuji.
A pesar de este infortunado incidente entre el Airbus A350 y el Dash 8, destaca que, incluso ante un impacto mayor, tanto la tripulación como los pasajeros lograron evacuar de manera segura del A350.
Esto subraya la importancia del diseño moderno de las aeronaves y la correcta ejecución de los procedimientos de evacuación de emergencia, junto con la disciplina de los pasajeros, para aumentar las posibilidades de supervivencia.