Esta semana se cumplirán dos años desde la destrucción del avión Antonov AN-225 Mriya en Gostomel, en las afueras de Kiev, como resultado de la invasión de Ucrania por tropas rusas. El incidente marcó el final de la vida útil del mayor avión comercial de todos los tiempos.
El AN-225 fue construido originalmente en 1985, cuando Ucrania aún era parte de la Unión Soviética (URSS), durante los días de la Guerra Fría. Fue diseñado para transportar los cohetes y los transbordadores espaciales de la clase Buran para el programa espacial soviético, sirviendo como sustituto para el Myasishchev VM-T Atlant. Entró en servicio el 21 de diciembre de 1988 y fue exhibido públicamente por primera vez en el Paris Air Show en 1989.
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Durante los años 2000, la demanda por un segundo AN-225 se hizo evidente debido al éxito comercial de la aeronave en el transporte de cargas ultra pesadas. Por lo tanto, en septiembre de 2006, se decidió comenzar a trabajar en una segunda estructura aérea, que originalmente se completaría en 2008. Sin embargo, el trabajo en la aeronave se abandonó en 2009 y, en mayo de 2011, el CEO de Antonov mencionó que se necesitarían alrededor de 300 millones de dólares de financiación, según reporta nuestro medio asociado, Aeroin.
Actualmente, el AN-225 mantiene varios récords significativos por su dimensión. En 2010, la aeronave transportó la pieza única de carga aérea más grande del mundo, con 42,1 metros de ancho, compuesta por aspas de prueba para turbinas eólicas, de Tianjin en China, a Skyrdstrup en Dinamarca.
Incluso después de la destrucción del AN-225, Ukroboronprom, que gestiona Antonov, afirmó que la aeronave será reconstruida después del fin de la guerra. Se estima que la restauración costará alrededor de 3 mil millones de dólares y tardará hasta cinco años en completarse, aunque no hay un plazo establecido para ello.
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El nacimiento de un gigante
El Antonov An-225 Mriya es un avión de transporte fabricado en Ucrania, en ese momento parte de la Unión Soviética, en el año 1988.
Basado en el Antonov An-124, el An-225 es la versión mejorada de este y fue creado con el objetivo de transportar transbordadores y componentes del programa espacial soviético. La principal necesidad era trasladar el Burán desde Moscú hasta Kazajistán y así fue que se creó este proyecto a cargo del ingeniero Nikolay Kaláshnikov.
Su fuselaje era más extenso que el de su antecesor, se le añadieron dos motores y se modificó su tren de aterrizaje con un total de 32 ruedas. Su puerta y rampa traseras fueron eliminadas para ahorrar peso y se le agregó una cola de doble estabilizador vertical y un estabilizador horizontal de gran tamaño.
Fue fabricado con capacidad para 6 tripulantes, una longitud de 84 metros, una envergadura de 88,4 metros y una altura de 18 metros. Sus seis motores Progress D-18T le permiten alcanzar una velocidad máxima de 850 km/h, un alcance de 4.000 km, un techo de vuelo de 11.000 metros y un peso máximo de 250.000 kg de carga en su bodega.
El ejemplar fue finalizado en 1988 , voló por primera vez en diciembre de ese mismo año y en 1989 fue presentado en el Salón Aeronáutico de París. Una segunda unidad fue construida, solo faltaban sus motores, pero con la disolución de la Unión Soviética y la cancelación del programa espacial, ambas fueron almacenadas.
Hacia finales de 1990 la compañía Antonov Airlines necesitaba un avión de mayor tamaño al que su flota poseía y eligió el An-225. Se lo equipó con motores específicos para el transporte de carga pesada y en el año 2002 comenzó sus operaciones con el vuelo Stuttgart -Thumrait, en el cual llevó una carga de 187,5 toneladas.
Además de sus grandes costos operacionales y que no todos los aeropuertos están preparados para recibirlo, una de sus desventajas es que al despegar generaba una perturbación tan grande en el aire que el siguiente avión debía aguardar 15 minutos para poder hacerlo.