La NASA anunció que su emblemático laboratorio volante, el Douglas DC-8 matrícula N817NA, ha emprendido otra misión de recolección de datos en vuelo.
Junto con investigadores internacionales, el organismo espacial estadounidense está examinando la calidad del aire en Asia como parte de una iniciativa global para entender mejor el aire que respiramos. En colaboración con el Instituto Nacional de Investigación Ambiental de Corea (NIER), la misión Investigación Aerotransportada y por Satélite de la Calidad del Aire en Asia (ASIA-AQ, por sus siglas en inglés) recopilará datos atmosféricos detallados en diversos lugares de Asia.
Mediante el uso de aviones, satélites e instrumentos terrestres, el equipo de ASIA-AQ recogerá y compartirá información con entidades gubernamentales y organismos de calidad del aire para su uso en la investigación y comprensión de la calidad del aire a nivel mundial.
“Nuestro objetivo es profundizar en el conocimiento de los factores que afectan la calidad del aire”, afirmó Jim Crawford, investigador principal de ASIA-AQ en el Centro de Investigación Langley de la NASA, ubicado en Hampton, Virginia. “Es necesario adoptar una perspectiva múltiple, ya que satélites, emplazamientos terrestres y aeronaves captan distintos aspectos de la calidad del aire que deben ser integrados”, agregó.
Aunque las observaciones satelitales y las mediciones terrestres ofrecen datos significativos, por sí solas no pueden reflejar completamente los problemas de calidad del aire ni identificar sus fuentes. Al incorporar mediciones aéreas a los modelos existentes, los científicos pueden lograr una visión multidimensional y detallada que evalúa los modelos de calidad del aire desde todas las perspectivas.
Un par de aeronaves científicas de la NASA contribuirá a aportar estas dimensiones adicionales a las observaciones de la calidad del aire.
El DC-8-72 del Centro de Investigación de Vuelo Armstrong de la NASA, equipado con 26 instrumentos, volará a baja altitud para recoger datos de la atmósfera cercana al suelo, afectando directamente a las personas y sus entornos. Por su parte, el Gulfstream G-III del Centro de Investigación Langley de la NASA sobrevolará a una altitud de 28,000 pies para generar un mapa detallado de la distribución de la contaminación en cada zona de estudio y su variación a lo largo del día.
En colaboración con aeronaves del NIER de Corea, los aviones e instrumentos de la NASA complementarán y ampliarán las observaciones realizadas desde el suelo y el espacio.
Según los datos de plataformas de seguimiento de vuelos en línea, el DC-8 de la NASA, con matrícula N817NA, partió de Estados Unidos el 29 de enero, realizó escalas en Hawái y Guam, y llegó a Angeles, Filipinas. Desde su llegada, ha estado realizando vuelos de investigación en el país asiático. El G-III, con matrícula N520NA, también ha estado realizando vuelos en la misma región en los últimos días.
La vigencia de un clásico
El DC-8-72, con registro N817NA/817 es un avión de pasajeros modificado para funciones de laboratorio. Se utiliza para recopilar datos para experimentos en apoyo de proyectos que sirven a la comunidad científica mundial.
Fue construido en 1969 y su primer cliente fue Alitalia con la matrícula I-DIWK, para la que voló hasta 1979 cuando fue transferido a Braniff hasta 1984 como N801BN, cuando Quiet Nacelle Corporation le incorporó hush kits para reducir el ruido de sus motores y mantener la viabilidad de su operación. En 1985 fue finalmente adquirido por la NASA.
A fines de 2022 la NASA confirmó que avanzaría en el reemplazo del DC-8-72 con un Boeing 777-200ER proveniente de Japan Airlines, el cual ya se encuentra en su poder con matrícula N774LG.
Chicos… Prometan que solo harán lo que dicen. No arrojen bacterias virus ni contaminantes. No espien ni escuchen lo que no deben. No cambien el clima ni generen tormentas. No arrojen espías en paracaídas etc.etc. como hacen en sus películas de “ficción”. Buen viaje y compórtense.