Ejército de Tierra español interesado en helicóptero artillado ligero

Gastón Dubois

H145M helicóptero artillado ligero FAMET light armed helicopter

Las lecciones impartidas por la Guerra en Ucrania despertaron el interés de las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra (FAMET) español en adquirir un modelo de helicóptero artillado ligero que complemente a sus modelos más pesados (y caros).

Las graves pérdidas sufridas por los helicópteros de combate rusos durante la primera fase de la guerra, cuando realizaban agresivas incursiones de hasta 50 kms detrás de las líneas enemigas, fue como un baldazo de agua fría para todos los analistas militares del mundo.

Uno de los Airbus EC-665 Tigre del FAMET.

El denso despliegue que rápidamente hicieron las Fuerzas Armadas Ucranianas de sistemas de misiles anti-aéreos de lanzamiento desde el hombro (MANPADS) consiguió causar graves bajas a cualquier aeronave rusa que volara por debajo de los 5.000 metros (altitud máxima alcanzada por la mayoría de estos sistemas), ya sean aviones de combate, misiles de crucero, drones, pero particularmente, helicópteros. Y aunque Ucrania al principio disponía principalmente de viejos sistemas MANPADS heredados de la Guerra Fría (Strela, Igla, Stinger), aún estos mostraron una letalidad tal que forzaron a reconsiderar la validez de este tipo de medios en los conflictos de alta intensidad.

El papel del helicóptero de combate en entredicho

La baja supervivencia demostrada por helicópteros de ataque tan modernos y capaces, como el Ka-52 ruso, frente a una defensa aérea de baja cota de suficiente densidad, no pasó desapercibida para los analistas militares, lo que condujo a diferentes medidas.

Boeing AH-64E Apache
El AH-64 Apache lo hubiera hecho mejor que el Ka-52 en Ucrania? La opinión generalizada es que NO.

En Japón, por ejemplo, está considerando retirar del servicio sus helicópteros AH-64D Apache, AH-1S Cobra (ataque/caza-carros) y Kawasaki OH-1 [reconocimiento armado] para sustituirlos con drones tácticos y municiones merodeadoras. En Europa, Francia decidió seguir adelante con la modernización en profundidad de su flota de helicópteros Tiger (al estándar Mk3), y Alemania directamente optó por darlos de baja y reemplazarlos con los más pequeños y económicos Airbus H145M. Las duras realidades sufridas por la flota de helicópteros rusa en Ucrania también determinó el fin del programa FARA del Ejército norteamericano, luego de haber invertido cerca de 2.000 millones de dólares y teniendo casi concluida la fabricación de dos prototipos.

FAMET también estuvo tomando notas

En un artículo publicado en el número 5 de la revista Memoral de Aviación del Ejército de Tierra, el comandante Fernando Vidales, del Batallón de Helicópteros de Maniobra IV, se explayó sobre la necesidad de la Aviación del Ejército de Tierra (AVIET) de cambiar para adaptarse a las necesidades de los conflictos contemporáneos.

Reconociendo que el actual campo de batalla resulta ser un entorno muy hostil para los helicópteros, el comandante Vidales  señala que se debe buscar mejorar la flexibilidad, la protección de la fuerza y la superioridad de información, a fin de poder seguir cumpliendo con las tareas asignadas. Para ello se trabajará en la incorporación de un modelo de helicóptero ligero de reconocimiento armado y el uso de drones en «Manned-unmanned teaming» (MUM-T), que integra aeronaves tripuladas y no tripuladas en el mismo equipo.

El conflicto ucraniano ha demostrado que la guerra convencional exige un volumen de recursos materiales, con su respectivo elevado coste de operación y huella logística. Pero Ucrania pudo desarrollar muchas de las misiones que normalmente eran reservadas para los helicópteros armados, mediante un nutrido uso de drones “baratos”.

A futuro, la AVIET pretende cubrir muchas de sus necesidades operacionales mediante el despliegue de helicópteros ligeros de reconocimiento armado y el empleo sincronizado de drones y helicópteros tripulados. De esta forma el Ejercito de Tierra pretende ganar en flexibilidad operativa y escala, aumentando sensiblemente el número de plataformas disponibles para la misión, al tiempo que mejoraría la economía logística al reducir el degaste de aparatos más avanzados y caros de operar, como el Tigre o el NH90, preservándolos para las misiones más demandantes.

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