La semana pasada empezó el operativo para retirar los casi 50 aviones que quedaron atrapados en el aeropuerto «Salgado Filho» luego de la catastrófica inundación que afecto el área metropolitana de Porto Alegre, en el sur de Brasil.
El 8 de junio pudieron despegar nueve aviones bajo autorizaciones excepcionales de parte de la Agencia Nacional de Aviación Civil que incluye la adopción de procedimientos y acciones de seguridad específicos por parte de los operadores aéreos y la administración del aeropuerto. El viernes 14 despegaron otros ocho aviones de pequeño porte, según reporta nuestro medio asociado en Brasil, Aeroin.
Ver también: [Fotogalería] Así está el aeropuerto de Porto Alegre a casi un mes de las inundaciones
Para obtener la autorización, es necesaria la adhesión a un acuerdo de responsabilidad por parte de las empresas y los individuos a cargo de los aviones, así como una evaluación de riesgo para cada una, que incluya la identificación de los peligros existentes, especialmente los relacionados con el estado de la infraestructura (plataforma, pistas, señalización, etc.), procedimientos de contingencia adoptados por el operador aéreo junto con el gestor aeroportuario, para evaluar el estado de la infraestructura y garantizar su idoneidad para la operación propuesta, medidas paliativas propuestas en colaboración con el gestor aeroportuario para los riesgos evaluados, y una declaración del gestor responsable y del responsable de seguridad operacional de la compañía, que certifique la viabilidad y la seguridad de la operación.
Ver también: El Aeropuerto de Porto Alegre permanecerá cerrado hasta finales de 2024
Para posibilitar los vuelos, el Departamento de Control de Espacio Aéreo (DECEA) activó de manera provisoria un servicio de información de vuelo en el aeropuerto Salgado Filho.
Las operaciones comerciales para el área de Porto Alegre continúan siendo atendidas en la Base Aérea de Canoas, ubicada 15 kilómetros al norte de la ciudad. A partir de esta semana ya son 70 los vuelos semanales que operan allí Azul, LATAM y GOL.
En paralelo a todo esto, el gobierno federal inició las negociaciones con Fraport, concesionaria del aeropuerto, para recalcular el equilibrio económico-financiero dada la catástrofe sufrida, cuyos daños todavía no han podido ser evaluados.