Aeroflot redujo su gasto en mantenimiento de aviones, recortando costos en aproximadamente un 80% en comparación con el año previo al inicio de la invasión a Ucrania. Esta fuerte reducción está generando preocupación sobre la aeronavegabilidad de la flota de Aeroflot en medio de las sanciones occidentales que limitan el acceso a componentes esenciales.
Los gastos de mantenimiento y reparación de Aeroflot cayeron de 19.770 millones de rublos (alrededor de 214 millones de euros) en 2021 a solo 3.860 millones de rublos (aproximadamente 41 millones de euros) en 2023, según un informe compartido por el canal de Telegram ruso Aviatorshina. Esta reducción, que equivale a casi 170 millones de euros, representa la mayor medida de ahorro de costos en el reciente informe financiero de la aerolínea.
La aerolínea rusa atribuye la disminución del gasto en mantenimiento a la reducción del número de vuelos debido a las sanciones internacionales. Sin embargo, las horas de vuelo de la flota se redujeron solo un 9%, mientras que el número de vuelos y el volumen de pasajeros aumentaron 15,4% y 4%, respectivamente.
Ante las restricciones para adquirir nuevos aviones y repuestos de fabricantes occidentales, las aerolíneas rusas, incluida Aeroflot, se han adaptado extendiendo los intervalos de mantenimiento para aviones occidentales, fabricando ciertas piezas localmente y obteniendo componentes a través de rutas indirectas. La reducción del gasto en mantenimiento también se atribuye parcialmente a la disponibilidad de piezas de repuesto producidas localmente y a menor costo, según informan medios rusos.
Cuestión de confianza
A pesar de estas adaptaciones, persisten las preocupaciones sobre las implicaciones a largo plazo para la seguridad de la flota de Aeroflot. A principios de este año, el CEO de Airbus, Guillaume Faury, expresó dudas sobre el estado de los aviones rusos debido al impacto de estas sanciones. Las piezas construidas localmente amenazan seriamente la aeronavegabilidad de las aeronaves: más allá del conflicto vigente con los lessors occidentales que están impedidos de recuperar los aviones arrendados a las aerolíneas rusas -contratos que, en algunos casos, fueron compensados-, la pérdida de trazabilidad del mantenimiento y los rotables de esos aparatos harán imposible que puedan ser entregados a nuevos operadores una vez que los acuerdos actuales se venzan.
Y mucho más allá de la cuestión económico-administrativa de esos aviones, está el siempre presente riesgo de que la calidad de las piezas no pueda ser validada y ponga en riesgo la seguridad operacional de tripulaciones y pasajeros.
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