Más de 300 voluntarios estuvieron presentes el pasado jueves 29 de agosto, cuando Nuevo Pudahuel, concesionaria del Aeropuerto de Santiago de Chile realizó la prueba ORAT (Operational Readiness and Airport Transfer) de la terminal 1A, anticipando la apertura del miércoles 04 de septiembre. Las obras extenderán la capacidad de la terminal para vuelos de cabotaje nacional, función que asumió tras la incorporación de la Terminal 2, dedicada a las llegadas y salidas de los vuelos internacionales.
Las obras realizadas comprenden la renovación y refacción de las antiguas instalaciones, extendiendo las mangas y posiciones para vuelos nacionales y así reducir el tiempo de operación al dejar de lado utilización de posiciones remotas y posterior traslado de pasajeros en bus al terminal de pasajeros, lo cual hace que se aumente el tiempo de turnaround del avión en tierra.
La prueba ORAT que realizó la concesionaria se basa en poner a prueba el equipamiento y sistemas de la instalación antes de su apertura. Aviacionline estuvo presente durante dicha prueba, y ésta es la crónica de ese día.
Partimos la mañana concurriendo al Salón de Eventos del Aeropuerto, ubicado entre las terminales 1 y 2 en el tercer piso. Allí, Marlene Yañez coordinó las indicaciones y uso de personal dispuesto para la prueba.
Luego de las indicaciones, nos trasladamos a la Terminal 1 para simular el check-in de un vuelo imaginario de JetSMART con destino a Arica. Luego, la instrucción nos invitaba a pasar por el nuevo ingreso. Lo que antes era Policía Internacional/Migraciones quedó para el sector de AVSEC (Aviation Security) y el ingreso y registro para pasajeros con destino a Rapa Nui.
Si bien aún había en el sitio elementos de construcción, si se notó una renovación de pisos y nuevas instalaciones para Duty Free y nueva oferta de restaurantes. Lo que se “renovó” (o mejor dicho, cambió de posición) fue el Control de seguridad, que mantiene la misma estructura que otros aeropuertos de Chile. Se observó algo de lentitud en este proceso pero podría considerarse normal, teniendo en cuenta el caudal y movimiento del aeropuerto.
Pasando ese sector, nos encontramos un gran pasillo que comunica con las nuevas instalaciones, y es evidente que en ese pasillo se podrán instalar otros servicios de comida o venta de insumos, decorado, etc. Al finalizar el pasillo se puede ver lo nuevo de la Terminal 1A de Santiago.
Los asientos nuevos, no tienen acolchado anterior y no permiten que un pasajero los utilice como cama porque tienen apoyabrazos que no son abatibles. Así mismo hay asientos agrupados, que pueden ser utilizados por un grupo de viaje o por una familia de más de 3 miembros.
Por fuera se ve una mínima renovación. Mantiene la estructura (personalmente pensé que le darían la misma estructura que la Terminal 2), pintada y ordenada, pero adicionalmente la concesionaria instaló aproximación robotizada en las nuevas posiciones, algo que se hace primordial al momento de no contar con personal de aproximación al ingreso del avión a “puente”.
Así mismo, la prueba también consideró una simulación de emergencia. Todos los que participamos como pasajero evacuamos en dirección a plataforma de los puentes A12 y A10, la cual salió sin problemas y en tiempos considerables.
Terminal 1A de Santiago: Un buen paso adelante
Si bien es y era necesario darle mayor capacidad a la terminal 1A de Santiago para la recepción y salida de vuelos nacionales, es importante considerar que las escalas pueden ser largas, inclusive en vuelos domésticos. Hay lugares como Valparaíso, Talca o sectores antes de La Serena o Concepción donde el pasajero prefiere viajar a Santiago por tierra y luego conectar en la Terminal. En nuestra opinión, poner asientos sin posibilidades de que el pasajero se recueste resta un punto. Es una tendencia que excede al aeropuerto o al concesionario, pero no hace más cómodo un layover extenso.
Lo bueno y destacable es que al ser mas amplio el sector, mayor es la capacidad para recibir pasajeros y descontaminar el clásico acceso para vuelos nacionales. Históricamente eran muy pocos los pasajeros que se tomaban el tiempo de bajar al piso 2, donde estaba el segundo acceso para vuelos nacionales y los vuelos a Rapa Nui. Queda bien y ya no hay excusas que “hay que bajar un piso”.
También que el sector puede ofrecer mayor oferta de servicios. Al entrar por el clásico acceso se notaba muy estrecho hasta bajar al piso del los puentes de embarque. El nuevo acceso da un respiro a la tan congestionada puerta de embarque de vuelos nacionales y apura el proceso de AVSEC siendo de por sí lento.