La aerolínea australiana REX es acusada de “robar” cuatro aviones Saab 340

Gastón Sena

Rex Express Holdings Limited, la mayor aerolínea regional de Australia, atraviesa un momento crítico tras declarar administración voluntaria en julio debido a problemas de rentabilidad. La compañía, que opera con una flota de 57 turbohélices Saab 340, ha comenzado a desprenderse de activos como sus Boeing 737 y busca nuevos inversionistas para asegurar su futuro.

Sin embargo, la situación se ha complicado tras una grave denuncia presentada por Jet Midwest en la Corte Suprema de Nueva Gales del Sur. La empresa norteamericana, dedicada a la compra y venta de aviones, acusa a Rex de haberse apropiado indebidamente de cuatro aviones Saab 340 en Arizona en 2019.

Estas acusaciones agravan la delicada situación de Rex, que en los últimos tres años ha registrado grandes pérdidas económicas. La aerolínea intentó desafiar el duopolio de Qantas y Virgin Australia en rutas clave entre Sídney, Brisbane y Melbourne, adquiriendo varios Boeing 737-800. Aunque inicialmente pudo competir, Rex enfrentó problemas operacionales, como la escasez de pilotos y suministros, además de los altos costos de operar aeronaves más grandes.

Rex - Saab 340 - Boeing 737

Denuncia de Jet Midwest a REX

Según Financial Review de Australia, Jet Midwest vendió cuatro Saab 340 a Rex por un total de USD 2 millones en 2019. Debido a la crisis generada por la pandemia de COVID-19, se acordó un pago inicial de USD 200 mil, con el resto a plazos. No obstante, la empresa estadounidense alega que nunca recibió los pagos pendientes, a pesar de que Rex tomó posesión de las aeronaves.

De acuerdo con la denuncia, algunos de estos aviones fueron desmantelados para usarse como repuestos, mientras que las piezas restantes fueron revendidas a otras aerolíneas. Documentos judiciales señalan que Rex habría contratado a 340 Aviation Services para desmontar los aviones, quitando las alas y descartando el fuselaje.

La denuncia de Jet Midwest pone en riesgo la capacidad de Rex para encontrar inversionistas, complicando aún más su futuro. De no resolverse la situación, miles de pasajeros y empleados podrían verse afectados por el colapso de la mayor aerolínea regional de Australia.

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