Air France-KLM manifestó su interés en participar en el proceso de privatización de TAP Air Portugal y está abierta a varias opciones que el gobierno portugués pueda ofrecer, incluida la adquisición de una participación minoritaria. Esta información fue divulgada por una fuente familiarizada con las negociaciones, reporta nuestro medio asociado, Aeroin.
De acuerdo con Reuters, el gobierno de Portugal está finalizando consultas con posibles interesados en TAP, que incluyen, además de Air France-KLM, a empresas como Lufthansa e IAG, propietaria de British Airways.
Estas consultas buscan entender las propuestas antes de concluir un plan de privatización. El Primer Ministro Luís Montenegro, inicialmente favorable a una privatización total, señaló el 9 de octubre que una venta parcial era una posibilidad.
Para que la privatización se haga efectiva, será necesaria la aprobación del parlamento, donde la principal oposición, los socialistas, ha prometido votar en contra de la venta de una participación mayoritaria.
La fuente de Reuters afirmó que, «considerando que se están explorando varios esquemas para la aprobación de la privatización de TAP en el parlamento, Air France-KLM se mantiene abierta a las diversas opciones y también se siente cómoda con una venta de participación minoritaria».
En agosto, Air France-KLM concluyó la adquisición de una participación del 19,9% en la aerolínea escandinava SAS. En el caso de TAP, sus activos más atractivos incluyen conexiones con Brasil, países africanos de habla portuguesa y los Estados Unidos, desde su hub en Lisboa.
El mes pasado se informó que el CEO de Lufthansa, Carsten Spohr, se reunió con el gobierno portugués para expresar formalmente el interés de Lufthansa en adquirir una participación del 19,9% en TAP, por debajo del umbral del 20% que requeriría la aprobación de la Comisión Europea.
Ver también: El CEO de Lufthansa se reunió con autoridades portuguesas por la venta de TAP Air Portugal
Las aerolíneas europeas defienden la consolidación como una forma de enfrentar los crecientes costos operativos, pero Bruselas se preocupa por la posible dominancia de los tres mayores grupos aéreos de Europa, manteniendo una postura cautelosa frente a las fusiones.