Enigma en los Andes: a 40 años de la tragedia del vuelo 980 de Eastern Air Lines
Un Boeing 727 se estrelló contra el Illimani en 1985, dejando 29 víctimas y un misterio que aún persiste.
El 1 de enero de 1985, el vuelo 980 de Eastern Air Lines, un Boeing 727-200 (matrícula N819EA) desapareció en los Andes bolivianos mientras se preparaba para aterrizar en el aeropuerto de El Alto, en La Paz. La aeronave, que había partido de Asunción (Paraguay) con destino a Miami (Estados Unidos) y escalas programadas en Bolivia y Ecuador, se estrelló contra la montaña Illimani a más de 6.000 metros de altitud, cobrando la vida de las 29 personas a bordo.
Entre las víctimas se encontraban figuras destacadas como el empresario paraguayo Enrique Matalón, quien viajaba con su esposa y sus tres hijos en un recorrido por varias ciudades estadounidenses como regalo de Reyes (esto desató una larga batalla judicial por su fortuna al no quedar herederos directos). También, de acuerdo a una publicación de nuestro medio asociado AeronauticaPY, se encontraban la esposa del embajador de Estados Unidos en Paraguay, William Kelley, entonces director del Cuerpo de Paz en el país, y un grupo de ocho coreanos provenientes de Puerto Presidente Stroessner (hoy Ciudad del Este).
Otros pasajeros incluían un joven marino estadounidense que iba rumbo a su boda, un rugbier del Cristo Rey y una estudiante del Colegio Teresiano. Para la familia Matalón, el viaje estuvo a punto de cancelarse debido a un contratiempo con los billetes, que habían estado extraviados en un placard, una circunstancia que en la era de los boletos digitales difícilmente ocurriría.
El vuelo despegó de Asunción a las 17:57 sin aparentes problemas técnicos ni climáticos en su punto de partida. Sin embargo, al aproximarse a La Paz, las condiciones meteorológicas comenzaron a complicarse.
Densas capas de niebla y tormentas afectaban la visibilidad, añadiendo una dificultad adicional al ya desafiante aterrizaje en El Alto, uno de los aeropuertos más altos del mundo. La última comunicación de la tripulación no reportó emergencias, pero minutos después, el avión desapareció del radar.
Se supo posteriormente que el capitán Larry Campbell, al mando del vuelo, estaba realizando su primer servicio en América Latina y su segundo aterrizaje en La Paz, una ciudad con un entorno aéreo que demanda experiencia y precisión debido a la proximidad de la cordillera y su altitud.
El impacto ocurrió en una de las laderas del Illimani, en una ubicación tan remota y hostil que las operaciones de rescate fueron extremadamente limitadas. Equipos locales tardaron días en llegar al lugar, enfrentándose a condiciones adversas que impidieron una recuperación completa de restos y evidencia. Años después, en 2006, una expedición de montañistas encontró fragmentos del avión y restos humanos, mientras que en 2016 se hallaron partes de las grabadoras de vuelo, aunque estaban irremediablemente dañadas por las décadas de exposición a la intemperie.
Las especulaciones sobre el vuelo abundaron. Algunos mencionaron la posibilidad de que la aeronave transportara carga de carácter comprometedor, aunque esto nunca se confirmó. Historias de pasajeros que evitaron el vuelo por pura coincidencia también salieron a la luz. Un mecánico paraguayo de Eastern había decidido postergar su viaje en el último momento, mientras que otro grupo de viajeros llegó tarde al aeropuerto y no logró embarcar, salvándose así de la tragedia. Por otro lado, se supo que la familia Matalón había intentado viajar con Varig, pero al no conseguir lugar, optaron finalmente por Eastern.
Casualmente, ese mismo 1 de enero, unas horas antes del accidente, despegó desde Asunción el vuelo inaugural de Líneas Aéreas Paraguayas (LAP) hacia Miami, sin escalas, en un McDonnell Douglas DC-8. Las imágenes capturadas por la prensa en el aeropuerto Presidente Stroessner (hoy Silvio Pettirossi) para cubrir el evento muestran al Boeing 727 de Eastern estacionado en la plataforma, poco antes de iniciar el fatídico trayecto.
En declaraciones reproducidas por AeronauticaPY, Roberto Poletti, funcionario de Eastern en Paraguay, señaló que el Boeing 727-200 siniestrado era uno de los más modernos de la flota de Eastern, con solo dos años de antigüedad y tecnología avanzada para la época, incluyendo sistemas anticolisión. La tripulación había llegado a Asunción dos días antes del vuelo y se hospedó en el emblemático hotel Itá Enramada. En aquellos años, la conexión entre Asunción y Miami operaba con tres frecuencias semanales en cada sentido, haciendo paradas intermedias en La Paz y Lima.
A Eastern Air Lines le quedarían pocos años más de existencia. En 1990 vendió sus rutas en la región a American Airlines y la reemplazó en los vuelos a Asunción.
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