A 44 años de la noche en la que un Boeing 707 de Aerolíneas Argentinas casi choca el World Trade Center
El 20 de febrero de 1981, un Boeing 707-387B de Aerolíneas Argentinas, operando el vuelo 342, estuvo a punto de impactar contra la Torre Norte del World Trade Center en Nueva York durante su aproximación al Aeropuerto John F. Kennedy (JFK). La aeronave, que volaba en una noche de visibilidad reducida por nubes y lluvia, descendió por debajo de la altitud asignada, quedando en un rumbo de colisión con la antena de transmisión situada en la cima del rascacielos. La intervención del controlador aéreo Donald Zimmerman evitó el impacto con menos de 90 segundos de margen.
El vuelo 342 despegó de Buenos Aires a las 08:00 AM con destino a Nueva York, realizando escalas en Guayaquil y Miami. A las 12:30 PM aterrizó en Guayaquil, Ecuador, donde permaneció aproximadamente una hora antes de continuar su trayecto. Posteriormente, hizo una nueva escala en Miami, Florida, entre las 5:30 PM y 6:30 PM. La hora estimada de llegada a Nueva York estaba programada para las 9:00 PM (Hora del Este, EST).
A las 10:00 PM, el vuelo 342 inició su aproximación ILS al Aeropuerto JFK. Debido a la densa niebla y lluvia, la tripulación perdió referencia visual con el terreno. En este contexto, recibieron instrucciones para descender a 2.700 pies, pero interpretaron erróneamente la orden y bajaron a 1.500 pies. En ese momento, la aeronave se encontraba 200 pies por debajo de la antena de la Torre Norte, cuya altura total era de 1.730 pies.
Interviene el controlador
Entre las 10:05 PM y 10:06 PM, Donald Zimmerman, controlador de tráfico aéreo del centro TRACON de Nueva York, detectó en el radar que el avión descendía a una altitud peligrosa. En respuesta, se activó la alerta automática de proximidad al terreno (GPWS). Zimmerman contactó a la tripulación preguntando por su altitud, a lo que respondieron "mil quinientos pies". De inmediato, el controlador ordenó: “Argentine 342, gire a la derecha de inmediato y establezca rumbo 180°”. Segundos después, completó la instrucción: "Argentine 342, ascienda de inmediato a 3.000 pies."
En los minutos siguientes, la tripulación ejecutó un giro brusco a la derecha y comenzó un ascenso rápido. Mientras tanto, Zimmerman observaba atentamente la pantalla de radar, sin certeza de que la maniobra evitaría la colisión. Finalmente, el Boeing 707 se alejó de Manhattan y estabilizó su altitud a 3.000 pies, evitando el desastre.
A las 10:10 PM, la tripulación se comunicó con el controlador, indicando que habían entendido mal la instrucción y que creyeron que podían descender a 1.500 pies. Zimmerman les respondió con una frase contundente: "Había un edificio muy alto justo delante de ustedes." Posteriormente, el vuelo 342 completó una nueva aproximación y aterrizó sin inconvenientes en JFK.
El 21 de febrero de 1981, Zimmerman tomó licencia por trauma, una práctica común tras incidentes de alto estrés. La FAA inició una investigación sobre lo ocurrido. Días después, The New York Times publicó un artículo que destacaba la rápida acción de Zimmerman, al tiempo que cuestionaba la seguridad operativa de Aerolíneas Argentinas. El congresista de Nueva York Jonathan B. Bingham envió una carta a la FAA exigiendo una revisión de los protocolos de entrenamiento de la aerolínea, afirmando: "Tres incidentes similares en una misma aerolínea son motivo de preocupación."
Antecedentes de Aerolíneas Argentinas en EE.UU.
El incidente de 1981 no fue el único en el historial de la aerolínea en Estados Unidos. En enero de 1977, un Boeing 707 despegó en una tormenta de nieve en JFK y sufrió una pérdida de sustentación, casi impactando en una zona residencial de Long Island. En marzo de 1980, un vuelo de carga de la aerolínea experimentó un incendio en el motor N°1 al despegar de JFK, logrando aterrizar sin incidentes. Estos eventos generaron críticas a los estándares de entrenamiento de la aerolínea por parte de las autoridades estadounidenses.
El margen para evitar el impacto fue de solo 90 segundos. De haberse mantenido la altitud, el vuelo 342 habría colisionado con la antena del WTC, causando daños estructurales graves y poniendo en riesgo a los ocupantes del avión, así como a las personas en la torre y calles de Manhattan. Como consecuencia del incidente, la FAA fortaleció las medidas de comunicación y monitoreo en aproximaciones a aeropuertos congestionados como JFK.
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