Asume Donald Trump: Qué se espera para la industria de la aviación
El segundo gobierno de Trump puede significar cambios importantes para la aviación en Estados Unidos y el mundo. Las propuestas arancelarias podrían encarecer la producción y limitar exportaciones pero también podrían surgir oportunidades con una administración más favorable hacia la aviación privada y comercial.
La asunción de Donald Trump como Presidente de Estados Unidos genera incertidumbre y expectativas en la industria de la aviación comercial y privada. Sus propuestas económicas, en especial las relacionadas con aranceles y reformas regulatorias, podrían impactar significativamente a este sector estratégico.
Aranceles y cadenas de suministro global
Entre las iniciativas más controversiales de Trump está la aplicación de aranceles del 10 % al 25 % a las importaciones. Para la industria aeroespacial, esto podría traducirse en un aumento de costos, dado que gran parte de las aeronaves comerciales fabricadas en Estados Unidos dependen de componentes extranjeros.
Por ejemplo, cerca del 30 % de las piezas del Boeing 787 son importadas, incluyendo componentes esenciales como motores, trenes de aterrizaje y alas. Estas adquisiciones internacionales no solo optimizan costos, sino que también refuerzan relaciones comerciales con mercados clave como Japón y China. Un incremento en los aranceles podría encarecer los aviones y reducir aún más la competitividad de Boeing frente a otros fabricantes.
Relaciones comerciales con China
China representa uno de los mercados más importantes para la aviación comercial. Sin embargo, las tensiones comerciales durante la administración Trump llevaron a la práctica suspensión de las ventas de aviones Boeing a ese país desde 2019. De reactivarse una guerra comercial, podría complicarse aún más el acceso a este lucrativo mercado, impactando negativamente las exportaciones estadounidenses.
En 2018, el 24 % de las entregas de Boeing se destinaron a aerolíneas chinas, mientras que en los años siguientes estas se redujeron drásticamente. Este escenario plantea riesgos mayúsculos para el balance comercial del sector aeroespacial, que generó un superávit de 47.000 millones de dólares en 2023.
Políticas de apoyo a la aviación privada
Trump, usuario frecuente de la aviación privada, podría implementar medidas que favorezcan a este segmento. Se espera una revaluación de las auditorías del IRS dirigidas a propietarios de jets privados, así como el restablecimiento de deducciones fiscales completas por depreciación acelerada.
Además, la salida del Acuerdo de París podría aliviar la presión climática sobre la aviación privada, reduciendo protestas y exigencias relacionadas con criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza). Esto beneficiaría directamente a operadores y fabricantes de aeronaves ejecutivas.
Reformas regulatorias y laborales
Un cambio en la administración hará inevitable que aparezcan nuevos liderazgos en la FAA (Administración Federal de Aviación) y el Departamento de Transporte. Esto podría traducirse en reformas para abordar la escasez de personal crítico, como controladores de tráfico aéreo, y optimizar la gestión del sector.
Asimismo, las políticas de contratación gubernamentales podrían ser flexibilizadas, ampliando el acceso a candidatos más calificados y reduciendo cuellos de botella en la industria.
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