Boeing pausa el desarrollo del demostrador X-66; la NASA continuará los estudios en tierra
Boeing y la NASA decidieron frenar los planes para la construcción del demostrador de vuelo a escala completa X-66, marcando un giro en el proyecto destinado a probar la tecnología de ala arriostrada transónica (Transonic Truss Braced Wing- TTBW). La atención del programa retrocede ahora hacia pruebas en tierra y validación tecnológica, dejando en suspenso la fabricación del prototipo basado en un MD-90 modificado.

Esta pausa en la construcción del Demostrador de Vuelo Sostenible (Sustainable Flight Demonstrator - SFD), como se conoce al prototipo X-66, sugiere una reevaluación profunda de los pasos a seguir. La justificación oficial apunta a la necesidad de comprender mejor los desafíos estructurales y aerodinámicos inherentes al concepto de alas ultra-delgadas y arriostradas antes de comprometer recursos en la manufactura a gran escala. Se busca también maximizar la efectividad de costos del desarrollo tecnológico.
Si bien la investigación sobre los componentes tecnológicos de alas delgadas y la estructura TTBW continúa, la decisión de detener el avance del demostrador físico representa un cambio notable respecto a la hoja de ruta original anunciada en 2023. El objetivo de tener un "avión X" volando para validar las promesas de reducción de consumo de hasta un 30% parece ahora más lejano. Ed Waggoner, de la NASA, si bien reafirma el valor del aprendizaje, indicó que este cambio permitirá "explorar todo el potencial de las tecnologías de alas delgadas con mayor profundidad", sugiriendo que la validación completa requiere más trabajo fundamental antes de un vuelo real.
El proyecto X-66 había generado altas expectativas al ser el primer "avión X" explícitamente enfocado en la sostenibilidad de la aviación comercial. Se basa en la modernización de un concepto clásico de alas arriostradas, explorado por Boeing desde 2010 bajo el programa SUGAR, y prometía una envergadura superior a los 52 metros, comparada con los 36 metros de un 737 MAX. La aeronave debía servir como plataforma clave para validar no solo la aerodinámica TTBW, sino también la integración de materiales compuestos y combustibles sostenibles (SAF).
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Mientras los equipos de Boeing y NASA siguen trabajando con modelos a escala en túneles de viento y simulaciones, la detención de la construcción del demostrador principal introduce incertidumbre sobre el cronograma y la viabilidad final del concepto TTBW en una aeronave de tamaño real a corto o mediano plazo.
El futuro del X-66 ahora depende directamente de los resultados que arrojen estas fases preliminares de pruebas en tierra, a las cuales el programa convierte ahora en su foco principal.
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